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BERLINALE 2024 Panorama

Crítica: I’m Not Everything I Want to Be

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- BERLINALE 2024: La fotógrafa Libuše Jarcovjáková, conocida como la "Nan Goldin de la Praga soviética", centra el primer largometraje documental en solitario de la checa Klára Tasovská

Crítica: I’m Not Everything I Want to Be

La "Nan Goldin de la Praga soviética" fue el nombre que The New York Times le dio a la fotógrafa checa Libuše Jarcovjáková cuando enseñaron sus trabajos en el prestigioso festival de Arles, Les Rencontres de la Photographie, en 2019. De hecho, esta es una comparación bastante adecuada para dar una idea del estilo idiosincrásico de Jarcovjáková y de sus temas preferidos: trabajo, sexo, libertad, depresión e introspección. Sin embargo, cuando se considera en el contexto de la época soviética, apenas araña la superficie. La televisión checa contrató originalmente a la directora Klára Tasovská para hacer un retrato documental de la artista; sin embargo, el resultado final, I’m Not Everything I Want to Be [+lee también:
entrevista: Klára Tasovská
ficha de la película
]
, que se va a estrenar en la sección Panorama de la Berlinale, es más una maravilla cinematográfica que una película de televisión.

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Para su debut como directora en solitario, Tasovská da un paso atrás. I’m Not Everything I Want to Be es tan personal para Libuše Jarcovjáková como lo es su fotografía: un pase de diapositivas compone los 90 minutos de duración de la película, mientras que la artista narra las anotaciones de su diario que nos llevan a su vida en Praga, Tokio y Berlín entre 1970 y 1989. La serialidad es lo que caracteriza el trabajo de Jarcovjáková, que tomaba fotos consecutivas para luego revelarlas y conservarlas (en vez de descartar todas menos una, considerada “la mejor”), lo que hace que la elección de hacer una película foto-ensayo sea la más lógica. Pero hay mucho más que el simple montaje de una línea temporal que hace que la película sea un retrato que vale la pena; pone de relieve las cualidades cinematográficas de las propias fotografías y su habilidad para documentar una vida a través de sus ambivalencias.

Entre querer pertenecer y la falta de pertenencia, las fotografías muestran a Jarcovjáková en casa, trabajando en una imprenta, en clubes, en una cama de hospital, con un amante y después de su aborto, además de instantáneas de la vida en Checoslovaquia, Japón y Alemania Occidental tal y como la experimentó, tanto solitaria como milagrosa. I’m Not Everything I Want to Be vuelve una y otra vez a las dualidades y los dilemas, pero siempre se mantiene fiel a la dolorosa comprensión de que, para Jarcovjáková, ser quien era (una artista inconformista) ya era un dilema.

La película encarna su convicción también a través de su forma, al presentar una manera dinámica de editar la presentación de diapositivas para marcar los periodos “lentos” y “acelerados” de la vida de la artista. Las imágenes estáticas parecen estar completamente animadas, no solo porque se encuentren alineadas una detrás de la otra en una rápida sucesión, sino también por los efectos de sonido que las acompañan: hay ruido de ambiente y foley para combinar con una toma de, por ejemplo, una fiesta en una casa, gente hablando o una imprenta traqueteando.

Renunciar a la nostalgia es otra forma de honrar el efecto íntimo y directo de ver la vida documentada de forma tan poco apologética. De hecho, Jarcovjáková habla en tiempo presente y oraciones cortas, a veces empieza con: “Aquí, yo…”. Para optimizar una narrativa que vive y respira, Tasovská colaboró con el editor Alexander Kashcheev en una especie de guion. Sin embargo, la película sigue siendo de Libuše hasta la médula, como debería ser un retrato responsable y honesto.

I’m Not Everything I Want to Be no puede (y no quiere) ser una exposición cinematográfica, incluso aunque muestre gran parte del trabajo y el archivo de Jarcovjáková. Y lo que es más importante, a través de la forma en la que coloca sus fotografías en esa línea temporal y deja que ocupen el mismo espacio en un flujo continuo, el documental centra la atención en cómo Libuše consigue sobrepasar los límites del encuadre, ya sea en una fotografía o una película, y proponer un retrato completo de ella como mujer, una artista y un dilema que no necesita ser resuelto.

I’m Not Everything I Want to Be ha sido producida por Somatic Films, con sede en Praga, en coproducción con nutprodukcia (Eslovaquia) y la austriaca Mischief Films. Square Eyes gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés por Joanna Sánchez Moya)

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