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BERLINALE 2024 Berlinale Special

Crítica: The Empty Grave

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- BERLINALE 2024: El documental de Agnes Lisa Wegner y Cece Mlay sigue a las familias tanzanas que intentan recuperar los restos de sus ancestros, asesinados por los colonizadores alemanes

Crítica: The Empty Grave

La idea de que los países occidentales devuelvan las obras de arte y los restos que se llevaron de sus antiguas colonias se ha generalizado en los últimos años como parte de las conversaciones en torno a la justicia restaurativa. El concepto parece bastante sencillo y consiste principalmente en enviar objetos que normalmente se guardan en museos y archivos de vuelta al lugar donde se encontraron. The Empty Grave [+lee también:
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ficha de la película
]
, cuyas directoras son Agnes Lisa Wegner y Cece Mlay, revela —a través de la historia de dos familias tanzanas que tratan de recuperar los restos de sus antepasados— cómo en realidad son muchos los obstáculos que se interponen en el camino de estos actos de justicia para los que tanto se ha esperado. El documental se ha estrenado en la sección Berlinale Special de la Berlinale de este año.

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La película, que se ha rodado y montado siguiendo un estilo convencional, presenta a sus protagonistas de forma educada y discreta, de manera que se perfila como poco más que un documento de su propio trabajo e investigación. Como tal, The Empty Grave no es una película que sobresalga por suscitar emociones a raudales, pero su objetivo —y tiene mérito— no es otro que el de poner de relieve el trabajo realizado por individuos que no son investigadores ni archivistas de museos —que suelen ser occidentales, recibir financiación y, por tanto, ser más visibles—, sino familiares vivos de todos estos restos humanos.

El carismático protagonista de la película es John Makarius Mbano, que también ejerce la función de encargado por su familia de continuar el trabajo que llevan años realizando para recuperar la cabeza de Songea Mbano, uno de los líderes de la resistencia Maji Maji contra la ocupación alemana. Aunque fue ejecutado y enterrado en Tanzania, su cabeza fue exhumada y enviada a Alemania para un estudio "científico" racista. A pesar de la estética televisiva convencional y poco emotiva de la película, el profundo dolor que sienten John y los miembros mayores de su familia se percibe en el ambiente, y es que las cicatrices de una masacre que tuvo lugar hace más de un siglo siguen abiertas, en gran parte porque nunca se pudo llorar la muerte de Songea Mbano como es debido. Aunque la investigación de John tiene una vertiente histórica y científica, el conjunto sigue siendo una cuestión muy personal: cuando visita el lugar donde supuestamente ahorcaron a su antepasado, John rompe a llorar y, entre lágrimas, dice que quiere marcharse.

John y su esposa Cesilia se abren a menudo sobre las emociones que van sintiendo a lo largo del camino, las cuales se pueden resumir en una tristeza abrumadora. La investigación de John se produce al mismo tiempo que la larga lucha en la que está inmerso Mnyaka Sururu Mboro —nacido en Tanzania pero residente en Alemania desde hace 40 años—, un hombre que hace todo lo posible por recuperar los restos de sus antepasados almacenados en museos y archivos locales. Con la ayuda del archivista Konradin Kunze, Mboro hace un increíble descubrimiento sobre los restos de Mangi Lobulu Kaaya, un jefe del norte de Tanzania que también fue ejecutado por el ejército colonial alemán hace más de cien años.

Lo que queda claro en estas dos historias es que el proceso de restitución está siendo demasiado largo, no solo porque requiere una enorme cantidad de tiempo de investigación, sino también porque no se incluye a las familias tanzanas en el proceso. Cuando vemos lo mucho que saben la familia de John y la de Kaaya sobre sus respectivos antepasados asesinados, el error no solo resulta evidente, sino sospechoso. Resulta chocante que estas familias tengan que hacer el esfuerzo de ponerse en contacto con las autoridades, tanto en Tanzania como, sobre todo, en Alemania. Ya sea en aras de la simpatía, o para subrayar la gran vergüenza que varios sujetos alemanes sacan a relucir a lo largo de la película, los realizadores adoptan un tono cordial y conciliador que suaviza en parte esta frustración, pero la imagen de estas familias esperando durante generaciones a que los restos de sus mayores asesinados regresen a casa permanece grabada en la memoria del espectador.

The Empty Grave ha sido producida por la tanzana Kijiweni Productions junto con las alemanas Kurhaus Production y Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF).

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(Traducción del inglés)

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