05/03/2024 - Celia Rico sigue explorando la complejidad de las relaciones maternofiliales en una película íntima y sencilla protagonizada por María Vázquez y Adriana Ozores

Teresa cambia sus planes de vacaciones para ayudar a su madre, quien acaba de sufrir un pequeño accidente en la pierna. En la casa de campo donde vive la madre, ambas pasarán juntas un verano en el que no conseguirán ponerse de acuerdo ni en las cosas más triviales. Sin embargo, la convivencia acabará removiendo más de lo esperado y, en esas noches estivales, inesperadamente, Teresa vivirá momentos reveladores junto a su madre. Protagonizada por María Vázquez y Adriana Ozores, esta es la historia que cuenta Los pequeños amores, la nueva película de Celia Rico, presentada en la Sección Oficial del Festival de Málaga y que llegará a los cines españoles este 8 de marzo de la mano de Bteam Pictures.

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crítica
tráiler
entrevista: Celia Rico Clavellino
ficha de la película], la directora sevillana retrataba el amor maternofilial en la juventud de la hija, cuando una necesita marchar pero tiene miedo a decir aquello que sabe que la otra no desea escuchar, en su nueva película, Rico sigue explorando la complejidad de las relaciones maternofiliales en otra etapa de la vida de la hija: cuando ésta ya es independiente, pero a pesar de ello, sigue profundamente atada a ese vínculo con la madre, tan delicado como misterioso. Siguiendo el estilo íntimo, sencillo y sincero de la anterior película, a través de lo cotidiano, la directora cuenta qué sucede entre una madre y una hija cuando ésta retorna temporalmente al hogar familiar tiempo después de haber marchado: la inversión de roles con la enfermedad de la madre, el sentimiento de culpa de la hija por no estar siempre ahí, por tener una vida propia y que la de la otra vaya quedando atrás, el choque generacional, el resurgimiento de las tensiones y los conflictos pasados con la convivencia, los reproches por las expectativas no cumplidas, el miedo a contar demasiado de una y ser juzgada, el miedo a hacer daño, los sentimientos encontrados de la hija hacia la madre, los encuentros y desencuentros entre ellas, las soledades de ambas.

Con ello, la película es un honesto y bello retrato de la familia como lugar ambiguo, de cuidados y seguridad, pero también fuente de inseguridades, miedos y vulnerabilidad, del vínculo maternofilial como una suerte de tensión no resuelta entre ese amor no elegido que se espera incondicional y la atadura que ello supone. Lo interesante de la película también reside en cómo Celia Rico consigue llegar a ese fondo y alcanzar el tono que busca desde una mirada interior, a través de la minuciosidad en el detalle, de las miradas y los gestos cotidianos, de los silencios, las ausencias y el fuera de campo, de lo que no se dice más que de lo que se dice. También a través de la recreación de los espacios, los vestidos y los objetos de la memoria sentimental (objetos como esa mesa portátil que habla de ese encuentro entre pasado y presente) y de las frases precisas que de forma casi velada consiguen decir mucho: “Es como si estuvieras casada con tu madre”, dice con cierto humor otro personaje de la película en referencia al anillo heredado del padre que lleva la hija. Una de las mejores cosas de la película está en esos momentos reveladores, de verdadera intimidad, que María Vázquez y Adriana Ozores, con su naturalidad y cercanía, logran hacer suyos.

En Los pequeños amores Celia Rico vuelve a mostrarnos la capacidad narrativa del cine sin necesidad de grandes artificios, lo que los detalles y los pequeños conflictos cotidianos dicen de nosotros mismos. Un retrato íntimo y emocionante del amor maternofilial contado con delicadeza y humanidad, sobre el amor como una mezcla de ternura y angustia, sobre aprender a querer también desde esas distancias insalvables que nos separan del otro.

Los pequeños amores una coproducción entre España y Francia de las compañías Arcadia Motion Pictures, Viracocha Films AIE y Noodles Production, que vende al extranjero Latido Films.