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SXSW 2024

Crítica: Diario de mi Sextorsión

por 

- Patricia Franquesa mira hacia su interior en su segundo largometraje, contando su propia historia como víctima de un chantaje sexual y su lucha por retomar el control del relato de su vida

Crítica: Diario de mi Sextorsión

“La sextorsión es la forma más frecuente de abuso de material íntimo que la Línea de Ayuda contra la Pornovenganza (Revenge Porn Helpline) ha detectado en 2022”. Con estas palabras comienza Diario de mi sextorsión, de Patricia Franquesa, que disfrutó de su estreno mundial en la Competición de Documentales del SXSW. En un transgresor giro a la actual vorágine por contenido basado en crímenes reales y por documentales acerca del lado más oscuro de la naturaleza humana, la realizadora española retoma el control sobre su pasado como víctima de chantaje sexual. Utilizando un enfoque más basado en el relato que en la investigación, también asume todos los roles principales, como el de guionista, directora, fotógrafa, editora y productora. Con la fuerza de su puesta en escena y los intentos por causar más intriga que sensacionalismo, la falta de sustancia del apartado visual queda compensada por la brevedad del film durante sus 64 minutos de duración.

Franquesa, conocida en el film por el sobrenombre de Pati, llega a Madrid para acudir al bar donde su ex la ha invitado a comer. Allí le robarán el portátil para poco después recibir un mail informándole de que su ordenador ha sido hackeado. En ese momento se percata de que la están chantajeando y que sus fotos serán utilizadas si no paga 2400 USD antes de la fecha límite marcada por el hacker. Sabe que está siendo víctima del modelo clásico de sextorsión y que la policía nada puede hacer por ella. Por tanto, Pati tendrá que decidir cómo actuar contra un hacker que cada vez es más agresivo. El principal elemento metacinematográfico lo encontramos en el documental que Pati está dirigiendo sobre su propio caso de sextorsión bajo el evocador título Vagina digital, y que acabará adoptando el título de Diario de mi sextorsión.

Franquesa ha creado un trabajo audaz e íntimo a modo de hemeroteca personal bajo la forma de collage autoetnográfico. La polifacética cineasta reconstruye su historia hacia atrás, utilizando para presentar los eventos los videos ya existentes en su móvil y que grabó durante su día a día. Estos vídeos muestran los chats entre Pati y sus amigos, así como las transcripciones vocales de los mensajes de chantaje traducidos de español a inglés. Del diseño de sonido se encarga Laia Casanovas.

Ante la incapacidad de la policía para detener al hacker (un agente hasta osa pedirle que tome fotos íntimas de él y su esposa), Pati decide tomar las riendas de la situación. Sin embargo, apenas hay momentos que recojan esta actitud, más allá de algunas escenas donde se ve la pantalla de Pati mientras busca información en la red, con algún que otro intento de documentación poco esmerado. Un fondo negro actúa como encuadre del film, sobre el que se superponen fotos y vídeos fijos en vertical. Si bien estamos ante una demostración de ingenio compositivo, el grueso del film está constituido por una voz en off que podría haberse sustituido por montaje b-roll. Lamentablemente, esta decisión limita la empatía hacia la historia de represión de la sexualidad femenina contada en el film, restringiendo al espectador a los confines del espacio digital, incluso cuando se busca logar un efecto que vaya mucho más lejos.

Al comienzo del film, Franquesa pone el foco sobre la alarmante frecuencia de casos de sextorsión, cuyo número exacto no se conoce debido a la poca difusión de información al respecto. Su objetivo es arrojar luz sobre este fenómeno, que puede convertirse en una experiencia tremendamente aterradora y vergonzosa para las víctimas. Franquesa logra su meta al apropiarse de la narrativa, meta que consigue incluso cuando muestra versiones censuradas de sus fotos íntimas a modo de rechazo foucaultiano de las normas sociales sobre el físico.

Diario de mi sextorsión ha sido producida por la española Gadea Films. La británica Taskovski Films se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés por Juan Ramón Parra)

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