Crítica: Sauve qui peut
por Aurore Engelen
- Alexe Poukine regresa con un nuevo largometraje documental que analiza los procesos de aprendizaje por los que pasan los cuidadores para desarrollar su sentido de la empatía
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ficha de la película], el tercer largometraje documental de Alexe Poukine, ha sido presentado en competición en el Cinéma du Réel. La película examina la forma en que se enseña a los profesionales sanitarios el arte de escuchar a los pacientes, la forma en que el personal aprende a desarrollar la humanidad ligada a su práctica. En Sans frapper [+lee también:
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ficha de la película], la cineasta invitó a mujeres y personas discriminadas por su identidad de género que habían sido víctimas de violencia sexual a ponerse en la piel de otra mujer, como si se tratara del reflejo de sus propias vidas, de una partitura a varias voces que ilustra la universalidad de lo que hay detrás de la dominación masculina. Y es a esta misma empatía a la que apela Sauve qui peut, pero esta vez en el ámbito de la asistencia sanitaria y, en un sentido más amplio, de la medicina.
La película se inicia en un centro de formación. Profesionales sanitarios reales se enfrentan a pacientes falsos, de los cuales algunos han sido realmente pacientes en un momento dado de sus vidas y otros son actores que interpretan un papel. Los sanitarios se enfrentan a una serie de escenarios de distinta índole. A veces es la forma en que se estrecha una mano lo que dice si una sesión ha ido bien, a veces un enfoque autoritario a la hora de hacer preguntas impide un diagnóstico acertado, y los silencios a menudo expresan incomodidad, compasión paralizante en lugar de empatía solidaria. "Es el corazón el que habla". Pero, ¿realmente es compatible la voz del corazón con la prestación de servicios sanitarios?
¿Se puede aprender a sentir empatía? ¿Cómo podemos hacer para decir algo sin agravar el dolor de la persona que confía en nosotros? El personal sanitario aprende mediante la interpretación de distintos papeles. Actuar y encarnar es ponernos en el lugar de otra persona, desarrollar nuestra capacidad de empatía. Al fin y al cabo, incluso los términos utilizados en este campo remiten al cine: papeles, escenarios… Hay simulaciones que incluso se filman para ser vistas posteriormente en grupo y poder evaluar la actuación de los compañeros. Ponerse en el lugar de los demás también significa luchar contra los prejuicios, esforzarse por no imaginar la vida de los demás y darles el espacio que necesitan para expresarse. "Los pacientes mienten por omisión", o más bien porque no se les da la oportunidad de hablar.
Pero el papel que estos profesionales sanitarios en prácticas se encuentran en proceso de aprender no es otro que el papel de sus vidas. Un papel que supondrá todo un desafío debido a las condiciones en las que tendrá que ser interpretado. Y es que tras la primera parte, que gira en torno a las emociones de los pacientes y la facilidad que estas tienen para contagiarse, la película pasa a centrarse en otro tipo de emociones, las del personal sanitario. Durante un taller de teatro foro, la actuación se convierte en una herramienta para expresar la sensación de malestar que comparten la gran mayoría de los sanitarios en un sistema de sanidad que hace aguas. Les permite revivir los traumas del trabajo, las crisis durante las cuales su capacidad de empatía puede haber sido puesta a prueba, cuando no anulada o imposibilitada. Y todas las precauciones tomadas en la primera parte, sobre todo la necesidad de tomarse tiempo, parecen palidecer ante el agotamiento del personal sanitario. ¿Hay algún hueco para la atención y la escucha en un sistema que está saturado a más no poder? El agotamiento del personal sanitario se está convirtiendo en un verdadero problema de salud pública. En última instancia, la película plantea la siguiente pregunta —tanto a sí misma como al público en su conjunto—: ¿podrá la benevolencia adquirida de los sanitarios sobrevivir al abuso que les infligen las instituciones?
Sauve qui peut ha sido producida por la belga Wrong Men, la suiza Climage y la francesa Kidam. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Andana Films.
(Traducción del francés)
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