email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

ROSA DE ORO 2023

Crítica: Dyad

por 

- El segundo largo de Yana Titova es un relato de paso a la adultez en la zona rural búlgara a través de una fuerte personalidad obligada a la precocidad al no tener una verdadera guía parental

Crítica: Dyad
Margarita Stoykova en Dyad

En Bulgaria, al igual que en otros países balcánicos excomunistas, la liberalización postotalitaria se desarrolló en paralelo al fenómeno de la chalga, un estilo musical que mezcla ritmos pop con elementos del čoček oriental, pero que promueve fundamentalmente un estilo de vida hipersexualizado y consumista basado en instintos primarios. La protagonista de Dyad [+lee también:
entrevista: Yana Titova
ficha de la película
]
, Dida (la talentosa Margarita Stoykova), representa a la segunda generación que ya ha desarrollado su visión de la vida al ritmo de esta banda sonora, que proclama que tener Ferraris y pechos de silicona es el camino hacia la felicidad. Los valores de la chalga se han filtrado en la cultura oficial, por lo que no es de extrañar que los adolescentes acepten estas ilusiones baratas; son los productos y víctimas de esta cultura, tanto si proceden de familias modestas como de entornos acomodados. De forma indirecta, pero haciendo referencia al colapso del sistema educativo nacional, la película de Yana Titova (presentada en la Competición de Óperas Primas del Festival de la Rosa de Oro en Varna, donde recibió el premio a la mejor dirección y compartió el premio a mejor película con Blaga's [+lee también:
crítica
entrevista: Stephan Komandarev
ficha de la película
]
Lessons [+lee también:
crítica
entrevista: Stephan Komandarev
ficha de la película
]
) intenta mapear las consecuencias de la influencia omnipresente de la chalga.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Inicialmente, hay dos personajes: Dida y su doble, o al menos eso parece desde fuera. Su amiga Iva (Petra Tsarnorechka) es más femenina y sumisa, no para de hablar de su novio y es mimada constantemente por su familia de nuevos ricos, que se esfuerzan por transmitir la impresión de que disfrutan de un estilo de vida elegante, pero que en realidad viven a crédito. Ambas son inseparables, pero aunque Iva parece feliz, el objetivo vital de Dida es salir de allí a toda costa: “reclutando” chicas tímidas para prostituirse en línea o complaciendo oralmente a sus compañeros de clase en el patio de la escuela, o a su desagradable profesor de gimnasia en los descansos entre borracheras con su padre. Está dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de reunir el dinero suficiente para comprar un billete a Estados Unidos, donde planea estudiar Bellas Artes y reencontrarse con su madre, que no es más que una imagen borrosa en la pantalla de su ordenador. El mundo abusa de ella, pero Dida replica estas dinámicas. Emocionalmente reprimida, incluso cuando debe hacer frente a un aborto, la joven explota cuando sus relaciones con Iva y con su madre se desmoronan.

Hemos visto esta historia muchas veces, especialmente en el género del relato iniciático y en el contexto de Europa del Este: una niña abandonada por sus padres debido a su propia inmadurez y escasas perspectivas de vida se vuelve propensa a un comportamiento cínico como mecanismo de autodefensa, mientras comete la mayoría de los errores propios de su edad. Sin embargo, lo que diferencia a Dyad de otras obras similares es su enfoque a la hora de describir el entorno de Dida. No se trata solo de su familia disfuncional, su educación inútil o la corrupta mente colectiva, sino de una falta de comunicación significativa en todos los niveles, representada por un amplio abanico de personajes y su constante cháchara superficial: profesores incompetentes o sádicos, psicólogos indiferentes, un padre vulgar y a menudo borracho, y una madre ausente, que es su única llamada en línea en la película. Un frenético reparto de actores búlgaros consagrados ilustra la podredumbre propia de la desintegración social, interactuando de forma orgánica con actores no profesionales que interpretan a los estudiantes, incluidas Stoykova y Tsarnorechka, demostrando su prometedor talento en los papeles protagonistas. El uso de colores brillantes por parte del director de fotografía Martin Balkansky, para contar una historia cada vez más oscura, se revela como un enfoque ingenioso, que subraya el contraste entre las ilusiones implícitas en la narrativa de la chalga y la brutal realidad que se esconde bajo la superficie.

Dyad es una producción de la búlgara Portokal, coproducida por No Blink, Sonus y Right Solutions.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy