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SUNDANCE 2024 Competición World Cinema Dramatic

Crítica: Girls Will Be Girls

por 

- La directora debutante Shuchi Talati explora las complejidades de la adolescencia femenina en una sociedad repleta de normas marcadas por los hombres

Crítica: Girls Will Be Girls
Preeti Panigrahi (izquierda) y Kani Kusruti en Girls Will Be Girls

En las últimas décadas, el género coming-of-age ha evolucionado significativamente. Lo que en la década de los 90 se centraba en bulliciosas comedias de instituto dio paso a una mezcla más matizada de comedias románticas y dramedias a principios de los 2000. Cineastas como Jannicke Systad Jacobsen, con Turn Me On, Goddammit! [+lee también:
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, y Lisa Aschan, con She Monkeys [+lee también:
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, marcaron la transición alejándose de las normas masculinas convencionales, ofreciendo en su lugar una exploración más íntima de la adolescencia femenina y los ritos de paso asociados a ella. La directora novel Shuchi Talati continúa en esta línea con Girls Will Be Girls, proyectada en la Competición World Cinema Dramatic de Sundance. Ambientada en un pintoresco pueblo de las colinas del Himalaya, en el norte de la India, en una época anterior a las redes sociales, la película de Talati explora las complejidades de la adolescencia femenina y la identidad de género con el telón de fondo de las convenciones tradicionales.

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Girls Will Be Girls se centra en Mira (Preeti Panigrahi), una joven de 16 años que se convierte en la primera mujer prefecta de un internado elitista pero tradicional. Dentro del ecosistema de la escuela, Mira encarna el arquetipo de la perfecta estudiante. Su expediente de sobresalientes suscita cierto desprecio por parte de sus compañeros, mientras que su ascenso a prefecta conlleva obligaciones y responsabilidades adicionales, así como un mayor desdén, aunque no llega al ostracismo total. Su madre (Kani Kusruti), un ama de casa que vive cerca del centro, del que también fue alumna, es la principal fuerza que impulsa la trayectoria académica de Mira. El estricto énfasis de su madre en el rendimiento escolar tiene su origen en su deseo de que Mira tenga un futuro diferente a la vida de ama de casa, donde depende únicamente de los ingresos y caprichos de su marido, al que ha llegado a soportar.

Sin embargo, los objetivos académicos de Mira empiezan a descarrilar cuando la joven experimenta los vaivenes del primer amor. El catalizador de este cambio es un nuevo estudiante de Hong Kong, que encaja en el arquetipo del “estudiante internacional” en este género. Talati retrata el primer amor de Mira con cierta torpeza inicial, pero esto evoluciona hacia una exploración sensible de la incipiente conciencia sexual. Al contrario de lo que suele ocurrir en este tipo de relatos, Mira no oculta su relación: su madre es plenamente consciente e incluso acoge al novio en su casa.

Un aspecto fundamental de la película es el retrato de las dinámicas intergeneracionales entre Mira y su madre, enmarcadas en la sociedad patriarcal. La implicación de la madre en la vida romántica de Mira no se presenta como algo malicioso, sino más bien como un reflejo de su propia juventud reprimida. De esta forma, el floreciente romance de Mira se convierte en un vehículo para canalizar el propio despertar sexual de su madre, que se vio forzosamente interrumpido. Esta trama paralela se convierte en una reflexión sobre los deseos insatisfechos, las limitaciones sociales y las normas de género a las que se enfrentaron las generaciones anteriores. Girls Will Be Girls ofrece una perspectiva del paso a la edad adulta a través de dos generaciones distintas, tendiendo un puente entre el pasado y el presente, la tradición y la modernidad. A medida que la trama entreteje los temas de la adolescencia, las normas de género, las expectativas sociales, la identidad sudasiática y la sexualidad femenina, la dirección de Talati demuestra gran sensibilidad, evitando la ingenuidad y el sentimentalismo. El retrato que hace la película del despertar romántico y sexual de la protagonista se presenta sin idealismo, especialmente con la amenaza de la violencia machista aún presente.

Girls Will Be Girls es una exploración honesta de la adolescencia femenina, las relaciones madre-hija bajo el patriarcado, las construcciones sociales predefinidas que moldean la vida de las mujeres y el esfuerzo por alcanzar la autonomía en esas circunstancias.

Girls Will Be Girls es una producción de Pushing Buttons Studios (India), Crawling Angel Films (India) y Dolce Vita Films (Francia), coproducida por Hummelfilm (Noruega), Cinema Inutile (Estados Unidos), Blink Digital (India) y Arte Cofinova. Luxbox se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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