email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

IDFA 2023

Crítica: Life Is Beautiful

por 

- El documentalista palestino Mohamed Jabaly narra su experiencia en el limbo político, estando a la deriva en Noruega desde el comienzo de la Guerra de Gaza en 2014

Crítica: Life Is Beautiful
Mohamed Jabaly en Life Is Beautiful

Life Is Beautiful es un estudio sobre la pertenencia nacional y la identidad in absentia, la historia de un individuo que aprende lo que significa ser palestino a pesar de no haber vivido nunca completamente allí; y que, por supuesto, también trata el trágico dilema de muchos de sus compatriotas. En 2014, el cineasta Mohamed Jabaly viajó a Tromsø, siguiendo una iniciativa cultural que emparejaba la ciudad noruega con Gaza; poco después, la última de muchas otras guerras sucesivas con Israel estalló, dejando cerrado el paso fronterizo de Rafah con Egipto, el único método por el cual podía volver potencialmente a casa. La crucial importancia de ese lugar para la guerra que sigue en curso, aún más sangrienta, no pasará desapercibida para los espectadores.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

La desafortunada puntualidad de esta película ha tenido consecuencias con respecto a su lanzamiento en festivales internacionales. El IDFA, donde se estrenó la película en competición y obtuvo el premio a Mejor Dirección (leer noticia), se ha visto sumida en polémica, ya que facciones opuestas han discutido sobre la forma más apropiada de prometer apoyo y solidaridad a Palestina; y muchos cineastas de esa nacionalidad (y no) han retirado su trabajo en protesta. Jabaly ha mantenido la posición de su película, diciéndole a The Guardian: “Quiero ser escuchado. […] Porque ahora que todo ha sido destruido, lo único que quedan son nuestras historias y nuestra libertad de expresión”.

Aunque Life Is Beautiful ya no denuncia la brutal ocupación y el dominio militar de Israel, lo que puede decepcionar a los espectadores que busquen una relevancia política más inmediata, proporciona una visión clara de un palestino ordinario (aunque bendecido con verdadera habilidad cinematográfica), que no está interesado en ser ni un activista ni un luchador, y que lo único que quiere es existir con dignidad en el territorio que siempre ha conocido.

Mientras la guerra se intensificaba, la cual en ese año solo vio a Israel contener las amenazas de Hamás, en vez de intentar aniquilarla, como estamos viendo ahora, Jabaly se encontró atrapado entre un cruce de frontera al que no podía regresar y un país anfitrión que cada vez se volvía más y más hostil con su presencia allí. Con la infatigable ayuda de Hermann Greuel, del Nordic Youth Film Festival, se le ofreció a Jabaly una residencia de facto, dándole el espacio necesario para crear Ambulance, su premiada película de 2016 que cuenta el tiempo que pasó vigilando los servicios de ambulancia de Gaza al principio de la guerra, además del cómodo techo que tenía sobre su cabeza y la asistencia jurídica que le brindaban para solicitar un visado de trabajo. Al principio se le rechazó este último, ya que Noruega no reconoce totalmente a Palestina; además de que carecía de educación cinematográfica formal, lo que le habría acreditado como director “en activo”, junto con su filmografía ilustre ya existente. Su manejo fluido de la cámara portátil y sus patrones de edición de ritmo rápido hacen que esta estasis parezca el detonante de su identidad cinematográfica y de su resiliencia para florecer plenamente.

Nuestro propio medio cubre diligentemente la comunidad de festivales y de la industria del cine; por ello hay un toque de alegría cuando vemos a Jabaly y a su equipo llegar a su proyección en el Sheffield Doc/Fest, o cuando se le agasaja en la ceremonia de premios de periodismo árabe de la BBC en Londres; en sus mejores momentos, la comunidad cinematográfica también engendra pertenencia supranacional, especialmente en su compromiso actual con la justicia para Palestina. Con su estatus educacional en Noruega, asegurado al final del documental, y sus actuales cursos de cine, por fin puede abrazar a su familia de Gaza (y especialmente a su madre, a la que se dirige en voz en off a lo largo de la película) después de siete años en el exilo. Con dolor, los acontecimientos actuales proporcionan una sensación adicional de cierre, mientras que la vida palestina lucha por su belleza y santidad, como ha hecho ya muchas veces.

Life Is Beautiful es una coproducción noruego-palestina de Stray Dogs Norway y Jabali Film. De sus ventas mundiales se ocupa First Hand Films.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés por Joanna Sánchez Moya)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy