17/05/2024 - CANNES 2024: Rungano Nyoni no tiene miedo de ensuciarse, especialmente al escarbar en el pasado

Este año, Cannes, o más bien sus cineastas seleccionados, están abordando de lleno el tema de los abusos sexuales. Abordan el silencio, la injusticia exasperante, el dolor. Desde el corto Me Too, de Judith Godrèche, que junto con su activismo comenzó a cambiar las cosas en la Francia reticente al #MeToo, con consecuencias que seguramente aún están por venir, hasta la película Julie Keeps Quiet [+lee también:
crítica
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entrevista: Leonardo van Dijl
ficha de la película], está claro que es el momento de gritar. En voz alta, como una gallina de Guinea.

Sin embargo, la película de Rungano Nyoni, On Becoming a Guinea Fowl [+lee también:
entrevista: Rungano Nyoni, Susan Chardy
ficha de la película], presentada en Un Certain Regard y ambientada en Zambia, sigue resultando sorprendente: aborda los pecados de un hombre por los que deben pagar otros, pero también ofrece una mirada muy lúcida sobre cómo siguen ocurriendo estas cosas, una y otra vez. Existe un sistema de apoyo: no para las víctimas, sino para el agresor. Él siempre tiene el poder, incluso cuando está muerto. Y son también otras mujeres, no solo los hombres, quienes se aseguran de ello.

Antes de que las cosas vayan a peor, llega el momento de la fiesta. Shula (Susan Chardy) está al volante, vestida para impresionar con una máscara brillante y un traje abullonado que hay que ver para creer. La música suena a todo volumen, la vida le sonríe. De repente, la joven detiene el coche. Es de noche y hay un hombre tirado en la carretera.

Es su tío Fred, y está muerto. Hasta aquí, todo bien. Le aconsejan “salpicarle con un poco de agua”. Entonces llega su prima borracha (Elisabeth Chisela, un auténtico terremoto), causando estragos y bailando. Al parecer, hay un burdel cerca, así que tal vez su tío murió “feliz”. Pero lo cierto es que aquí nadie es feliz, y menos estas dos jóvenes. Les han pedido que guarden demasiados secretos, y están empezando a ahogarse en ellos. Se acerca el diluvio.

No es fácil pasar de lo fantástico a un realismo sombrío. Nyoni no llega tan lejos como Augure [+lee también:
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entrevista: Baloji
ficha de la película], pero On Becoming a Guinea Fowl sigue siendo una propuesta muy extraña. Mientras la familia se prepara para el funeral, salen a la luz todo tipo de secretos. Las historias se cuentan una y otra vez, porque la verdad no era lo suficientemente entretenida para una anécdota. Antes de darnos cuenta, todo el mundo está llorando, por aparentar. Todo el mundo excepto Shula. Y Nsansa, y Bupe, y la viuda del tío Fred, a quien culpan de su muerte, que de alguna manera ahora tiene algo que ver con su horrible forma de cocinar o su falta de habilidades como ama de casa. Ella tenía 11 años cuando se conocieron.

La ópera prima de Nyoni, I Am Not a Witch [+lee también:
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entrevista: Rungano Nyoni
ficha de la película], ya era una película estupenda. En esta ocasión intenta algo diferente, pero sigue siendo crítica con la tradición, que a veces solo sirve a unos pocos elegidos. Shula asiste al delirante espectáculo que se desarrolla a su alrededor, pero no puede hacer mucho al respecto. En cambio, no deja de recordar un viejo programa infantil que veía de niña. A veces, el tío Fred también estaba por allí. De hecho, estuvo presente durante un episodio especialmente interesante. Se decía que las pintadas, o gallinas de Guinea, son muy útiles para todos los animales salvajes. No permanecen en silencio, sino que gritan cuando se acerca el peligro. Es cierto que aquí no hay muchos gritos, pero la película está más que harta, y no piensa seguir soportándolo.

On Becoming a Guinea Fowl es una producción de la irlandesa Element Pictures, las británicas BBC Film y Fremantle, y la estadounidense A24 Films, que también se encarga de las ventas.

(Traducción del inglés)