18/05/2024 - CANNES 2024: El joven cineasta belga Leonardo van Dijl realiza en su primer largometraje un retrato íntimo y muy logrado de una joven atleta enfrentada a una dolorosa elección

Leonardo van Dijl llamó la atención por primera vez a nivel internacional en 2020 con su cortometraje Stéphanie, que seguía los pasos de una jovencísima gimnasta y fue seleccionada en la competición oficial del Festival de Cannes. Ahora, el cineasta belga está de vuelta con Julie Keeps Quiet [+lee también:
tráiler
entrevista: Leonardo van Dijl
ficha de la película], otro retrato íntimo y sensible de una joven deportista que se enfrenta a los complejos juegos de dominación que puede implicar el deporte de alto nivel, y esta vez será la competición de la Semana de la Crítica la que acoja su cinta.

Julie es la jugadora estrella de una distinguida academia de tenis. Cuando se suspende y se despide rápidamente a su entrenador tras conocerse el suicidio de una joven jugadora a la que entrenaba, se convoca a todos los miembros del club con el fin de esclarecer los hechos. Pero Julie decide guardar un silencio que la gente termina por cuestionar. A pesar de que nadie tiene su consentimiento, la historia de la joven se escribe, se imagina, se fantasea y se teme. Su silencio da lugar a todo tipo de interpretaciones, pero ella está decidida a dedicar todos sus esfuerzos a la dimensión puramente deportiva. La tenista concentra su energía en cumplir sus ambiciones, y no dirá nada hasta que la tormenta no amaine y se den las condiciones adecuadas para romper su silencio. El ensordecedor alboroto de los rumores que circulan parece no afectarle en absoluto, pues se muestra concentrada en una herida que por fin ha cicatrizado y en un cuerpo que ha logrado domar con éxito.

La película se inicia con un plano estático de Julie entrenando —entrando y saliendo del encuadre—, con el sonido de fondo de la raqueta golpeando la pelota y el ruido blanco de un gimnasio bajo unas luces artificiales que le confieren un tono crepuscular. Toda la primera mitad, que se hace eco del silencio de Julie, se desarrolla en una especie de claroscuro, con zonas grises creadas por las cortinas corridas, los amaneceres y los tempranos atardeceres que marcan su día a día. La luz (del director de fotografía Nicolas Karakatsanis), como el silencio, se mantiene tenue. Sin embargo, la presencia fantasmal del antiguo entrenador se ve contrarrestada poco a poco por el carácter más brillante de su sustituto, que se sitúa a la distancia adecuada y permite a Julie encontrar los medios para sacar el máximo partido a su juego y, con ello, hallar su propia verdad.

Julie Keeps Quiet explora con precisión y auténtica inteligencia cinematográfica las cuestiones del abuso, la dominación y el control, todos ellos temas de plena actualidad que están destinados a sacudir el festival este año, tanto dentro como fuera de la pantalla. En este sentido, la película forma parte de una fascinante conversación social, pero también es significativa en sí misma por la perspicacia del guion, la calidad de la dirección artística y, por último —pero no por ello menos importante—, la impresionante interpretación de Tessa Van den Broeck, una joven tenista en su primer papel en la pantalla. Se trata de una película que nos invita, con su misterio y persistencia, a escuchar y respetar el silencio de Julie con el fin de poder exorcizarlo mejor.

Julie Keeps Quiet ha sido producida por De Wereldvrede, en coproducción con Les Films du Fleuve, las suecas Hobab y Film i Väst y la francoestadounidense Blue Morning Pictures. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de New Europe Film Sales.

(Traducción del francés)