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CANNES 2024 ACID

Crítica: Mi bestia

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- CANNES 2024: El diablo está en los detalles del primer largo de Camila Beltrán, que retrata la transformación de una adolescente en la Bogotá de los 90, que se prepara para la llegada de Satán

Crítica: Mi bestia
Mallely Aleyda Murillo Rivas (izquierda) y Stella Martínez en Mi bestia

A lo largo de la historia, los eclipses han dado lugar a innumerables supersticiones en todas las culturas: la destrucción prematura del Sol o la Luna, la ira de un ser superior que arrasa el mundo o consume estos cuerpos celestes… Uno de los símbolos folclóricos más llamativos es el del eclipse total de luna, también conocido como luna de sangre debido al resplandor rojo escarlata del objeto celeste. Con su primer largometraje, Mi bestia, la directora colombiana Camila Beltrán (conocida por su cortometraje Pacífico Oscuro, seleccionado en el Festival de Locarno en 2020) se inspira en esta vasta mitología para contar una impactante y estilizada historia de paso a la madurez en la Bogotá de 1996, donde lo humano es quizá lo más inhumano de todo. Coescrita por Beltrán y Silvina Schnicer, la película acaba de estrenarse en la sección paralela ACID del Festival de Cannes.

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La introvertida Mila (Stella Martínez), de 13 años, se enfrenta a una difícil vida escolar y personal, atrapada entre una estricta educación académica católica (con monjas que advierten de la llegada del diablo durante el eclipse lunar) y un complejo entorno familiar. La madre de Mila (Marcela Mar) trabaja por las noches, por lo que envía a su inquietante novio David (Héctor Sánchez) para que vigile todos los movimientos de la adolescente, mientras repite que Bogotá no es segura para las mujeres, con el telón de fondo de los noticiarios anunciando la desaparición de chicas jóvenes de familias con pocos recursos. Los cambios en el cuerpo de Mila, las conversaciones sobre agresiones sexuales con la empleada doméstica de la familia, Dora (Mallely Aleyda Murillo Rivas), y un incidente con el chico que le gusta, Miguel Ángel (Felipe Ramírez), conducen al fatídico día del eclipse y a la culminación de la evolución personal de la adolescente.

Beltrán ofrece al espectador deliciosos guiños a la estética de género con toques sobrenaturales, pero su mayor logro es que Mi bestia se mantiene fresca e imprevisible hasta el final. Aportando un cierto aire nostálgico, de película de culto de bajo presupuesto de los 90, pero sin sacrificar la narración, la técnica más destacada de la película (cuya dirección de fotografía corre a cargo de Sylvain Verdet) es el uso de la cámara lenta en varias secuencias, situando al público inmediatamente en el lugar de la protagonista, como si caminara por el agua. Esto transforma nuestra comprensión de la percepción que Mila tiene del tiempo y el espacio, en una Bogotá donde las intenciones patriarcales pesan mucho más sobre las mujeres que las criaturas de la noche. Con la ayuda del rostro absolutamente inescrutable de Sánchez, las bocas de los personajes, especialmente las de los adultos, se enmarcan de cerca como piezas amenazadoras de un rompecabezas más grande.

Durante una escena en particular destaca la banda sonora orquestal inspirada en el cine de terror (la música original es obra de Wissam Hojeij), que recurre con eficacia a tópicos del género como el zumbido de un apagón repentino o el eco de las carcajadas de una chica. El uso extensivo de la música diegética en la película se complementa también con los palpitantes golpes de percusión y los susurros pasajeros (Juan Felipe Rayo, Damien Tronchot y Frédéric Hamelin firman el diseño de sonido). ¿Sugiere esto un mundo más oscuro, o es solo un trasfondo de la vida cotidiana? Martínez interpreta a Mila de forma excepcional, con una angustia inaudita, dejando entrever una sinfonía de emociones que hierven bajo la superficie. Tal vez se trate simplemente de la mente de una adolescente cuyos problemas merecen ser tomados en serio, y de un atisbo de lo que ocurre cuando no lo son.

Mi bestia es una producción colombo-francesa a cargo de Felina Films y Films Grand Huit, coproducida por Ganas Producciones e Inercia Películas. Pulsar Content se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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