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CANNES 2024 Un Certain Regard

Crítica: The Village Next to Paradise

por 

- CANNES 2024: Mo Harawe impone su notable talento para la puesta en escena en un conmovedor y lacónico relato de los infortunios y la resiliencia del pueblo somalí

Crítica: The Village Next to Paradise
Ahmed Ali Farah y Ahmed Mohamud Saleban en The Village Next to Paradise

"—No conocemos al fallecido, pero sí que sabemos que fue un dron lo que causó su muerte ayer. Solo estamos ayudando… —Trabajo para ti y solo me das el 50% del dinero que me prometiste. No entiendo por qué. No vuelvas a llamarme". The Village Next to Paradise, el magistral primer largometraje del director somalí Mo Harawe (que vive en Austria desde hace 15 años), que ha sido presentado en la sección Un Certain Regard de la 77.ª edición del Festival de Cannes, comienza con esta árida discusión sobre una tumba recién cavada en medio de la nada. A través de la inmersión en el día a día de una pequeña familia, la película se toma su tiempo, en un marco visual de gran calidad, para pintar un detallado retrato de una Somalia en la que el presente es muy duro, el pasado carga con el peso de los numerosos desaparecidos y el futuro es incierto; un retrato que no rehúye los sacrificios y la fe necesarios para seguir adelante en un enclave en el que, por sorprendente que parezca, las preciosas playas están a tiro de piedra.

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Sepulturero, mecánico, conductor… Marmagade (Ahmed Ali Farah) acepta todo tipo de trabajos —algunos de ellos ilegales— para mantener a su hijo pequeño, el estudiante de primaria Cigaal (Ahmed Mohamud Saleban), al que cría solo. Araweelo (Anab Ahmed Ibrahim), la hermana de Marmagade, ha venido a vivir con ellos tras divorciarse (no podía tener hijos y se negaba a vivir bajo el mismo techo de la segunda esposa de su ex marido), y está ahorrando para comprar una pequeña tienda. Sin embargo, para ello tiene que recuperar el dinero que ha prestado u obtener un préstamo bancario, lo cual no será tarea fácil. En lo que respecta a Marmagade, está a punto de tomar una importante decisión, ya que la escuela de Cigaal está va a cerrar por falta de fondos, y la directora sugiere que, para no echar a perder el potencial del niño, se le ingrese en un —caro— internado de la ciudad. La separación no será para nada fácil, ni para el niño ni para su padre.

Padres muertos en naufragios causados por barcos internacionales que pescan ilegalmente en aguas somalíes y confunden sus barcos con los de piratas, o a consecuencia de los productos químicos que contaminaron la costa somalí en los años 90, atentados suicidas, drones, tráfico de armas, pobreza extrema y una altísima tasa de desempleo… Está claro que la esperanza brilla por su ausencia en este lugar (“no tiene sentido tener hijos, mueren jóvenes”), pero “habrá días mejores, saldremos de esta como una familia”. Es una imagen que Mo Harawe detalla con sencillez y precisión al ritmo emocional pausado de una región en la que los intercambios son muy comedidos, lo que el cineasta aprovecha al máximo gracias al carisma de sus tres intérpretes principales (todos ellos no profesionales) y a unos encuadres bellamente compuestos por Mostafa El Kashef.

The Village Next to Paradise ha sido producida por FreibeuterFilm (Austria) con Kazak Productions (Francia), NiKo Film (Alemania) y Maanmaal (Somalia). Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Totem Films.

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(Traducción del francés)

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