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CANNES 2024 Quincena de los Cineastas

Crítica: A queda do céu

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- CANNES 2024: El documental de Eryk Rocha y Gabriela Carneiro da Cunha se centra en el pueblo indígena yanomami del Amazonas y su lucha por proteger su hogar

Crítica: A queda do céu

“Aquí estoy, siendo filmado”, dice un anciano. “¿De verdad vais a ser nuestros aliados?”. Esta pregunta se cierne constantemente sobre A queda do céu, de los cineastas brasileños Eryk Rocha y Gabriela Carneiro da Cunha, un retrato rico pero tortuoso de la vida indígena y la protección de su hogar en la comunidad watorikɨ de la Amazonia brasileña, que acaba de estrenarse en la Quincena de los Cineastas de Cannes. La película, centrada en el pueblo yanomami, comienza con un plano de casi ocho minutos de un grupo de defensores de todas las edades que se acercan lentamente a la cámara, portando armas de fuego, arcos y recursos, dirigidos por el chamán yanomami Davi Kopenawa, que también actúa como una especie de guía a lo largo de la película. Pachamama, dirigida por Rocha en 2010, también se inspiraba en una mentalidad decolonial: el título es una palabra y un concepto quechua que rompe el dualismo occidental entre los seres humanos y la naturaleza.

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A queda do céu se inspira en el libro homónimo de Kopenawa y el antropólogo cultural Bruce Albert, y supone el tercer guion escrito por Kopenawa para una película sobre el pueblo yanomami. Los cineastas componen un collage observacional de monólogos, actividades cotidianas y conversaciones radiofónicas que ilustran, en pocas palabras, una parte del mundo yanomami y sus conexiones con el ecosistema sin dar demasiadas explicaciones para un público más amplio. En particular, el diseño sonoro de Guile Martins, un paisaje sonoro envolvente a base de canciones, sonidos de la naturaleza y el zumbido de las radios, reúne lo que puede verse (y oírse) como un verdadero mosaico de la vida contemporánea en la comunidad watorikɨ.

Los directores evitan cualquier decisión de montaje forzada y se abstienen de censurar opiniones o conversaciones, dejando que el pensamiento indígena se exprese por sí mismo, intercalado con planos del cielo nocturno y paisajes naturales. A lo largo de la película se suceden debates entre los individuos que desean atacar directamente a los intrusos y los que son conscientes de las posibles consecuencias de estos actos, así como el rechazo directo a imitar a los napë, o gente blanca. La amenaza de epidemias mortales traídas por forasteros también sobrevuela las interconectadas comunidades amazónicas.

Comenzando con una descripción de la práctica chamánica de inhalar yãkoana para permitirles ver a los espíritus a través de experiencias sensoriales distintas de la vista, los espectadores asisten a una visión privilegiada de la vida indígena, amenazada a diario por la intrusión de los mineros en la región. Sin embargo, esta visión puede resultar extraña, y depende de los espectadores determinar hasta qué punto se dejan arrastrar por la incomodidad de aquello que no les resulta familiar. Las tornas cambian hasta el punto de que ahora son ellos los extranjeros.

A veces, la duración de la película impide que el espectador acepte esa incomodidad, un equilibrio delicado en películas que optan por alejarse de un enfoque fácilmente digerible. Junto con la cuestión de si los cineastas son realmente aliados de los indígenas (o si simplemente se ven a sí mismos de esa forma), A queda do céu debe enfrentarse al hecho de que el público pueda sentirse demasiado distanciado de un retrato de la vida indígena que no ofrece ningún tipo de traducción, conceptual o intercultural. Por el contrario, somos testigos de rituales, cánticos e incluso motivaciones que nunca entenderemos, por mucho que se nos ofrezca una interpretación palabra por palabra. De esta forma, se convierte en un arma de doble filo: un admirable impulso de defender las voces indígenas desde el antieurocentrismo, frente al desafío de ser escuchados.

A queda do céu es una coproducción entre Brasil, Italia y Francia, producida por Aruac Filmes, Stemal Entertainment, RAI Cinema y Les Films d’Ici. Rediance se ocupa de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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