21/05/2024 - CANNES 2024: Alain Guiraudie firma un delicioso estudio sobre la naturaleza humana, a medio camino entre el cine negro y la comedia, sobre la microsociedad de un pueblo aislado

Félix Kysyl en Miséricordia

“¿Es por eso por lo que estás montando una historia tan inverosímil?”. Caracterizada por el secretismo, el doble lenguaje, el poder del deseo, las mentiras, las verdades, las recogidas de setas y los aperitivos por doquier, Misericordia [+lee también:
tráiler
entrevista: Alain Guiraudie
ficha de la película], que ha tenido una gran acogida en la sección Cannes Première del 77.º Festival de Cannes, sirve al director francés Alain Guiraudie para demostrar una vez más su agradable singularidad, que se revela meticulosamente con el bisturí a través de un guion increíble que establece plenamente el escenario antes de tomar una sucesión de bruscas curvas narrativas y llegar al corazón de un conjunto repleto de pequeños y discretos caminos forestales y estrechas calles humanas donde todo tipo de cómicas sorpresas son posibles.

La película, que constituye la sucesión de una larga serie de coincidencias —que en realidad no son tan casuales— a lo largo de diez días, gira en torno a cinco personajes principales y tres secundarios en el diminuto pueblo de Saint-Martial, enclavado en las montañas de los Ardèches, un lugar en el que la trama se inicia con el entierro del panadero local. Jérémie (Félix Kysyl), el antiguo aprendiz del panadero, que ha vuelto a casa con motivo del funeral y ha despertado sentimientos como la envidia y los celos en el pueblo, se aloja en la morada de la plácida viuda Martine (Catherine Frot), para gran disgusto de su hijo Vincent (Jean-Baptiste Durand). Si añadimos a esta mezcla al solitario Walter (David Ayala) y a un párroco (Jacques Develay) que aparece continuamente en los momentos más inesperados y en los lugares más inverosímiles, ya tenemos a todo el elenco de protagonistas de una formidable e hilarante vorágine de movimientos e idas y venidas diurnas y nocturnas, basada en el principio de la repetición (del bosque al dormitorio y de la casa de Walter a la mesa de la cocina de Martine, donde se discute cómo evoluciona la situación). De la noche a la mañana, se produce una desaparición (el público tiene claro que se trata de un asesinato cometido por Jérémie) que viene acompañada de las consiguientes preguntas, sospechas y una investigación policial. Pero dado que se trata del imprevisible mundo de Alain Guiraudie, todo esto no es más que la punta del iceberg...

“Este tipo de deseo no es algo que se pueda inventar”. El director, que domina el arte de crear un ambiente de rareza contenida en un entorno que, a primera vista, es completamente normal, aprovecha al máximo el entorno otoñal —con Claire Mathon como directora de fotografía— para crear una sutil mezcla de humor suavemente burlón y un innegable afecto por las muy humanas debilidades sentimentales de sus personajes de la Francia más profunda (“todo el mundo tiene derecho a su vida privada”). La película entrelaza el acercamiento gradual entre los personajes, las confesiones desconcertantes y las mentiras de geometría variable al tiempo que juega acertadamente con las zonas grises (“lo más probable es que no te quiera como tú le quieres, o como tú quieres que te quiera”), donde la línea que separa un abrazo de una pelea suele ser muy fina, en una sociedad en la que todo el mundo se entera de todo y cada uno lidia con su conciencia lo mejor que puede.

Misericordia ha sido producida por CG Cinéma y coproducida por Scala Films y Arte France Cinéma, Andergraun Films (España) y Rosa Filmes (Portugal). Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Les Films du Losange.

(Traducción del francés)

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Alain Guiraudie
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