25/05/2024 - CANNES 2024: El tercer largometraje de Jean-Christophe Meurisse es una revisitación en clave de farsa de un suceso real que se apoya mucho en un humor macabro

Al comienzo de Les Pistolets en plastique [+lee también:
entrevista: Jean-Christophe Meurisse
ficha de la película], el nuevo título del director francés Jean-Christophe Meurisse, que este año clausuró la Quincena de los Cineastas del Festival de Cannes, podemos leer la afirmación “Inspirada en hechos reales”. Antes de descubrir que la película hace mofa de los asesinatos y desapariciones de Dupont de Ligonnès ocurridos en 2011, la escena inicial muestra a dos forenses inclinados sobre un cadáver. Mientras abren el pecho y extraen los órganos, discuten sobre las series policíacas y el porcentaje de crueldad que consumen los espectadores de Netflix con cada visionado (calculan que un 30 %). Este humor macabro impregna Les Pistolets en plastique de principio a fin, convirtiéndola en una clausura de escándalo para la Quincena.

Son los médicos de la escena inicial los que nos presentan a Zavatta (Anthony Paliotti) entre susurros de admiración. Según ellos, es supuestamente el mejor en su campo, capaz de encontrar al más escurridizo de los asesinos en serie. No obstante, cuando el hombre en cuestión aparece en pantalla, su paseo a cámara lenta por la sala de espera de un aeropuerto (con un palillo en la boca) es sencillamente ridículo. En el cuarto de baño, ve a un hombre cuyo pasaporte indica que se llama Michel Uzès (Gaëtan Peau), pero Zavatta está convencido de que se trata de un asesino en serie huido: Paul Bernardin, que mató a su propia mujer y a sus tres hijos, por lo que debe alertar a la policía. Mientras tanto, en otro lugar de Francia, Léa (Delphine Baril) y Christine (Charlotte Laemmel) reciben sus diplomas de investigadoras de Facebook por su trabajo como expertas en el caso Bernardin, resuelto desde la comodidad de sus hogares. En Buenos Aires, un hombre (Laurent Stocker) que podría ser el auténtico Bernardin está a punto de casarse con una joven incauta.

Les Pistolets en plastique se desarrolla entre Dinamarca, Francia y Argentina (entre comisarías, aeropuertos, destinos vacacionales y casas de campo), siguiendo a todos estos personajes a medida que sus viajes convergen en torno al caso. Léa y Christine son quizás las figuras más intrigantes de la película, ya que representan a las comunidades de Reddit/4chan y el gran interés de las mujeres por el género true crime, por lo que es natural que el guion de Meurisse y Amélie Philippe les permita llegar más lejos. Por su parte, los hombres (Zavatta, Bernardin y Uzès) hacen el ridículo constantemente, lo que resta cierto impacto a la película, aunque conserva algo de espanto.

Hacer una comedia absurda a partir de hechos escabrosos requiere un dominio de los matices y una gran sensibilidad. De hecho, es posible que los chistes no sean del agrado de todo el mundo, como tampoco lo serán las interpretaciones exaltadas y orgullosamente teatrales. Dicho esto, Les Pistolets en plastique podría encajar con un espectador más escéptico, porque permite que la trama avance (a través de largas tomas y diálogos expansivos) y que los personajes se desarrollen. Su premisa también mantiene al público tratando de adivinar quién es el verdadero asesino, lo que a fin de cuentas representa el placer más fundamental (simple pero efectivo) de ver una comedia policíaca. El final de la película sirve como un escalofriante recordatorio de que las cosas que nos hacen reír son a menudo las más peligrosas, pero hasta entonces, podemos pasar un buen rato.

Les Pistolets en plastique es una producción de las francesas Mamma Roman y Kick’n Rush, vendida por Charades.

(Traducción del inglés)