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TRIBECA 2024

Crítica: Bikechess

por 

- La combinación de sátira y realismo social de la directora kazaja Assel Aushakimova es un oscuro pero sutilmente cómico retrato de la vida bajo un régimen opresivo

Crítica: Bikechess

La directora kazaja Assel Aushakimova ha ganado el premio al mejor largometraje de ficción internacional en el Festival de Tribeca con su segunda película, Bikechess (ver la noticia). Esta comedia dramática gira en torno a Dina (Saltanat Nauruz), una periodista de 35 años que trabaja para una cadena de televisión estatal y lleva una vida personal mediocre. El título de la película hace referencia a un deporte emergente que combina el ajedrez y el ciclismo de fitness, un tema que la reportera aborda como la última innovación del gobierno para la población kazaja. La peculiar noticia no es más que el principio de una secuencia de acontecimientos mundanos que Dina se encarga de presentar de forma favorable para generar propaganda gubernamental. A pesar de lo absurdo de esta tarea, Dina sigue desempeñando sus funciones con profesionalidad, motivada por la promesa de un codiciado puesto en el gobierno. Mientras tanto, la hermana de Dina, Zhanna (Assel Abdimavlenova), una activista queer, se enfrenta a frecuentes persecuciones por parte de las autoridades estatales debido a sus opiniones, consideradas radicales para los estándares locales.

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La tragicomedia de Aushakimova sigue el estilo de las sátiras y comedias dramáticas de Adilkhan Yerzhanov, aunque Bikechess adopta un tono más suave, concentrándose en los absurdos cotidianos del entorno social y político de Kazajistán. La película explora temas como la censura, el control estatal y la integridad personal bajo un régimen opresivo, mientras examina el conformismo pasivo y los compromisos que aceptan los individuos para sobrevivir dentro de un sistema como este. Aushakimova explora estos temas con una sutileza que mantiene la película en un perfecto equilibrio entre el drama y la sátira social.

La trama sigue a Dina mientras pasa de un reportaje a otro, siempre acompañada por su cámara (Shyngys Beibituly), que lleva a cabo un obediente trabajo de relaciones públicas para el Estado, haciéndolo pasar por noticias, a pesar de lo ridículo de los temas. Esto va desde las afirmaciones de algunos científicos kazajos, que aseguran que el país es la cuna de la civilización, hasta una inútil campaña de contactos policiales que no despierta ningún interés público. La guionista y directora reveló que todos los reportajes que aparecen en su película se basan en noticias reales, y subrayó que en Bikechess no se ha tomado licencias artísticas para conseguir un efecto hiperbólico. Al contrario, la cineasta firma un retrato de realismo social casi documental.

La dirección de fotografía minimalista de Aidar Ospanov realza la atmósfera naturalista de la película, mientras que Aushakimova mantiene un enfoque puramente observacional, acompañando a la protagonista durante sus tareas laborales. Dina no se relaciona con ningún alto cargo del gobierno. De hecho, sus interacciones con el Estado se limitan a encuentros con policías ineptos y un profesor anciano y lascivo que supuestamente aviva el orgullo nacional mediante afirmaciones inventadas. En una escena en particular, cuando está previsto que hable un gobernador, el acto se convierte en una farsa al estilo de Esperando a Godot. Como una servil pieza dentro de la invisible maquinaria estatal, Dina es esencialmente una antiheroína movida por una ambición profesional desconocida, mientras que su hermana se niega a transigir en su vida personal y vive con autenticidad, a pesar de enfrentarse a la opresión. Aunque la mayor parte de la película se centra en Dina, la presencia episódica de Zhanna aporta el arco dramático principal de la película.

Bikechess es una tragicomedia seca, minimalista e inexpresiva, estructurada en episodios. Cada segmento podría servir como punto de partida para un sketch cómico, pero es la exposición prolongada, impulsada por una observación lenta, la que transforma toda la secuencia de acontecimientos y campañas sin sentido en una broma, revelando que se trata de mera propaganda gubernamental, supuestamente destinada a servir al público. Aushakimova combina este retrato con una crítica de la vida bajo un régimen represivo, dirigido por incompetentes y vanidosos, ofreciendo así una crítica social más amplia que trasciende Kazajistán. 

Bikechess es una producción de la kazaja Alma Pictures, la francesa Les Films d'Antoine y la noruega Maipo Films.

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(Traducción del inglés)

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