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KARLOVY VARY 2024 Competición

Crítica: Panopticon

por 

- El debut de George Sikharulidze narra la historia de un chico de 18 años que vive un torbellino emocional cuando su sexualidad se despierta, teniendo que hacer frente a la sociedad georgiana

Crítica: Panopticon
Ia Sukhitashvili y Data Chachua en Panopticon

La ópera prima del director georgiano George Sikharulidze, Panopticon [+lee también:
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, que acaba de estrenarse mundialmente en la competición por el Globo de Cristal en el Festival de Karlovy Vary, toma su título del concepto de visibilidad constante de Foucault y lo utiliza en el sentido más variado posible. El conflictivo héroe de la película, Sandro (interpretado por el debutante Data Chachua), de 18 años, no es solo un voyeur: es un auténtico mirón de mujeres y un exhibicionista que también se siente constantemente observado por Dios y por la sociedad. Sin embargo, lo que más echa de menos es ser vigilado y cuidado por sus padres.

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La madre de Sandro es una soprano que vive en Nueva York y espera obtener sus papeles de residencia para poder llevarles allí a él y a su madre. Mientras tanto, su padre (un intenso Malkhaz Abuladze) se dirige a un monasterio para convertirse en monje. Sandro se queda básicamente solo con su abuela, una amante de la ópera clásica que se burla de la exhibición de cruces e iconos ortodoxos en la pared (a los que llama “personajes”).

Sandro juega en un equipo de fútbol, donde conoce a un chico mayor llamado Lasha (otro gran debutante, Vakhtang Kedeladze). Además de ver en él una especie de hermano mayor, el joven siente algo por la madre de Lasha, la peluquera Natalia (una sensible Ia Sukhitashvili), en quien encuentra una sustituta para muchas relaciones, entre ellas la maternal.

Sandro es un chico muy confuso, que no entiende qué significan esos sentimientos que afloran a su edad. Ve a casi todas las chicas o mujeres con las que se encuentra por la calle o en el transporte público como objetos sexuales y a menudo las toca de forma inapropiada, mientras rechaza las insinuaciones naturales y cariñosas de su novia Tina (Salome Gelenidze) por considerarlas “perversas”. De hecho, cuando la conocemos hacia la media hora de película, nos sorprende descubrir que tiene novia.

Sandro se considera religioso, pero su comprensión de la ética bíblica parece limitarse a ser crítico, especialmente con las mujeres jóvenes. De este modo, Sijarulidze lo muestra como una presa fácil para los nacionalistas de derechas, a medida que Lasha lo incorpora a su grupo. Estos autodenominados “camisas negras” quieren expulsar a todos los inmigrantes de Georgia, especialmente a los árabes, y Sandro se convierte en uno de los miembros más violentos e impulsivos del grupo.

En otro ejemplo de su meticuloso trabajo, que contribuye inmensamente a la comprensión de la historia, el director de fotografía rumano Oleg Mutu filma en pantalla panorámica, con una cámara que se mueve casi imperceptiblemente, siguiendo siempre los rostros de los personajes. La iluminación y los colores son naturales y se utilizan de forma clásica, destacando una escena en la iglesia donde padre e hijo intercambian miradas significativas, todo reforzado por la banda sonora de Chiara Costanza, infrautilizada pero magnífica.

Además de inspirarse en Foucault, Sikhuralidze hace un guiño directo a Los 400 golpes de Truffaut, y es inevitable pensar en El graduado cuando vemos la relación entre Sandro y Natalia, aunque en este caso las causas son completamente diferentes. En Panopticon, fantasía y realidad se mezclan a menudo, pero gracias al montaje legible de Giorgia Villa, el espectador sabe exactamente cuándo se trata de una ambigüedad intencionada y cuándo asistimos a una escena que solo ocurre en la cabeza del protagonista. La contribución del propio Chachua es fundamental: este joven actor puede transmitir claramente emociones superpuestas y conflictivas, y cuando asistimos a su transformación final, catártica y bastante inesperada, es como si estuviéramos viendo a una persona nueva que intenta dolorosamente despojarse de su antigua piel.

Panopticon es una coproducción entre la georgiana 20 Steps Production, la italiana Ombre Rosse Film Production, la rumana Tangaj Production y la francesa FILMO2.

(Traducción del inglés)

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