Crítica: Lapilli
por Martin Kudláč
- Paula Ďurinová une duelo personal y contemplación medioambiental en un meditativo ensayo documental que reflexiona sobre la pérdida y la resiliencia a través de imágenes de formaciones geológicas

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ficha de la película], que hace referencia a un tipo de fragmentos de roca que expulsan los volcanes, es el título del primer largometraje de la directora eslovaca afincada en Berlín Paula Ďurinová, que se ha embarcado con esta obra en todo un viaje a través del dolor y la geología. Esta película, que se ha estrenado en la competición Proxima del Festival de Karlovy Vary, entrelaza el tema personal del duelo con reflexiones medioambientales, de modo que acaba por adoptar la forma de un ensayo documental contemplativo e íntimo. El anterior trabajo de Ďurinová, el cortometraje Constant – an Homage to the Apartment, era un homenaje a sus abuelos y al piso donde compartió un sinfín de momentos felices con ellos. Lapilli es como una prolongación espiritual de aquella película, una obra en la que revisita el recuerdo de sus abuelos en su ausencia. Su muerte durante la pandemia de Covid-19 la impulsó a hacer esta película, en la que Ďurinová se sirve de un medio visual para abordar el dolor, y lo hace a base de entrelazar su historia familiar con la naturaleza perenne de las formaciones geológicas. La convergencia temática de las narrativas personal y medioambiental se refleja en la estructura de la película, ya que avanza a través de las distintas fases del duelo, presentadas en paralelo a los procesos geológicos.
Ďurinová pertenece a la nueva generación de documentalistas eslovacas con un enfoque más experimental del medio. De hecho, el trabajo de la cineasta está en la línea de documentalistas contemporáneas como Viera Čákanyová, conocida por sus ensayos documentales de carga personal, como Notes from Eremocene [+lee también:
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ficha de la película], que también ahondan en la naturaleza experimental de los documentales en primera persona. Tanto es así que la productora creativa de Lapilli es precisamente Čákanyová. Además de dirigir la película, Ďurinová también ha desempeñado la función de directora de fotografía, de modo que se ha encargado de rodar todo tipo de paisajes naturales, desde desolados restos del mar de Aral y desiertos volcánicos hasta oscuras cuevas. El ritmo lento y contemplativo de la película enfatiza esta exploración del tiempo y la memoria.
Este ensayo documental, que es en gran medida no figurativo, gira en torno a la observación y representación de formaciones geológicas. Ďurinová interviene ocasionalmente en voz en off para leer cartas a sus abuelos u ofrecer reflexiones filosóficas sobre geología y ecología. A mitad de la obra, la narración pasa de las observaciones de la superficie a un viaje espeleológico a través de diversos tipos de espacios claustrofóbicos y grietas subterráneas. A medida que avanza la película, Ďurinová se va dejando ver sutilmente, de modo que complementa su voz incorpórea con su presencia en la pantalla. Esta transición profundiza la conexión entre el dolor personal y el dolor medioambiental, ya que el duelo de la directora por la muerte de sus abuelos evoluciona hacia una reflexión más amplia sobre la transformación ecológica y la impermanencia de la materia.
Los primeros planos no figurativos de formaciones geológicas, a menudo fijos y prolongados, convierten el documental en una experiencia visual de una duración cercana a la del videoarte. Aunque el rodaje de Lapilli se ha llevado a cabo en varios lugares distintos, no es tanto un cuaderno de bitácora como un ejercicio contemplativo caracterizado por largas miradas ininterrumpidas. Las escenas de espeleología, en las que se ve a la directora reptando por estrechas grietas (uno de los pocos planos figurativos de la película), dan lugar a algún que otro momento tenso y visceralmente asfixiante. La estructura de la película refleja las cinco etapas del duelo, a las que Ďurinová alude mediante distintos planos de formaciones rocosas en la superficie, bajo tierra, en las montañas y alrededor del agua, utilizando un sutil simbolismo. La alineación temática permite que la mezcla entre el duelo personal y los procesos inmutables del mundo natural, que culmina en una exploración meditativa del duelo, funcione a la perfección.
Lapilli ha sido producida por la eslovaca guča films y coproducida por la propia Paula Ďurinová.
(Traducción del inglés)
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