Crítica: Poison
por Marta Bałaga
- Tim Roth y Trine Dyrholm luchan por ver quién es el que más sufre en el grave drama de Désirée Nosbusch, que hubiese quedado mejor en un teatro

La pena por el duelo ataca silenciosamente en el drama íntimo Poison [+lee también:
entrevista: Désirée Nosbusch
ficha de la película]. Asfixia a las personas, lenta y meticulosamente, hasta que no queda nada, pero también permite cruelmente que sigan adelante, aunque no quieran.
En la película de Désirée Nosbusch, estrenada mundialmente en el Festival de Múnich, una pareja pierde a su hijo. Hubo un trágico accidente, una larga temporada en el hospital y luego, silencio. Cuando volvieron a casa, él (Tim Roth) no pudo soportarlo más. Se fue una noche, en Nochevieja, con dos maletas. Ella (Trine Dyrholm) lo recuerda bien.
Años después, casi una década, Edith y Lucas vuelven a verse. Ambos se encuentran en el cementerio, donde comienza un nuevo baile: hay conversaciones triviales, cumplidos y golpes literales. Nosbusch cuenta con buenos actores, totalmente comprometidos, que exploran todas las etapas por las que pasa esta expareja en un solo día. Pero es demasiado, y todo está muy contenido, tanto que evidencia su origen teatral. Quizás ese sea el problema: ahora es una película, una adaptación de la premiada obra de Lot Vekemans. Y falta algo.
Aun así, se trata de una historia universal, fácil de entender y de sentir. “No has cambiado nada”, dice él. “Entonces no te fijes demasiado”, responde ella con amargura. Es obvio desde el principio que cualquier final feliz, si es que llega a producirse, no será obvio, sobre todo porque esta pareja ha hecho cosas completamente diferentes con su dolor. Él huyó e intentó seguir adelante. Ella se aferra al recuerdo del accidente, aunque realmente no puede ser bueno ni para ella ni para nadie. Con todo, el tiempo permite una cosa: que la gente hable. Por fin pueden dejar de gritar.
Esta periodista solía encogerse de hombros ante el tópico “perdonar para no olvidar”. Sin embargo, Nosbusch parece dar a entender que esto tiene cierto valor. Nadie más puede entender por lo que han pasado, y probablemente a nadie más le importe. Aun así, perdonar algo, ya sea cobardía o indiferencia, no será fácil. Sigue habiendo amor y también odio, palabras duras y una botella de vino esperando en el coche.
Lo que es fácil, sin embargo, es la química entre Roth y Dyrholm. Es triste verlos como una pareja que claramente funcionó bien en el pasado, que se divirtió, y que luego se perdieron el uno al otro por el dolor. No podían ayudarse mutuamente, no sabían cómo. Todavía no lo saben, pero durante este encuentro inesperado, pueden ofrecerse un momento de comprensión. O incluso una carcajada, porque Lucas ha empezado a cantar. En un coro. Eso le salvó, dice. Al parecer, el dolor también es algo divertido.
Poison es una producción entre Luxemburgo, Países Bajos, Alemania y Reino Unido, producida por Deal Productions y coproducida por Phanta Vision, Studio Hamburg y ARTE. Picture Tree International se encarga de las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.