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KARLOVY VARY 2024 Competición

Crítica: Pierce

por 

- En su thriller psicológico, Nelicia Low hace gala de un admirable control del lenguaje cinematográfico y la narrativa

Crítica: Pierce

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, el primer largometraje de Nelicia Low, la directora nacida en Singapur y afincada en Taiwán, le ha valido a la cineasta el premio a la mejor directora en Karlovy Vary. A lo largo de este thriller psicológico, Low demuestra un admirable control del lenguaje cinematográfico y de la narración.

Zijie (el recién llegado Liu Hsiu-Fu) es un esgrimista de 16 años que vive en Taipei con su madre, Ai Ling (la veterana actriz Ning Ding), que se gana la vida cantando clásicos americanos en restaurantes de lujo. En pleno proceso de preparación de Zijie para un torneo, su hermano mayor Zihan (Tsao Yu-Ning) sale de la cárcel seis años antes del final de su condena. Resulta que el tres veces campeón nacional de esgrima mató a uno de sus oponentes con una hoja rota. El tema clave en torno al que gira la película no es otro que la cuestión de si fue un accidente o el joven de veintipocos años es en realidad un psicópata.

O mejor dicho, gira en torno a la percepción que el propio Zijie tiene de su hermano. Ai Ling hace todo lo posible por mantenerlo alejado, pero el chico tiene a su hermano en un pedestal. En una cena con la familia de su novio, el empresario Zhuang, Ai Ling trata de ocultar su historia familiar cuando surge el tema de la esgrima, y lo hace a través de la tapadera de que su hijo mayor estudia Medicina en Estados Unidos.

Zijie cree firmemente que su hermano fue condenado injustamente. En cuanto a Zihan, trabaja en un supermercado y, tal y como insiste en repetidas ocasiones, no es nada fácil salir adelante en la cara Taipei cuando se es un ex convicto. Y justo cuando Zhuang hace un esfuerzo por estrechar lazos con Zijie, el chico aprovecha la ocasión para robarle el reloj y venderlo con el fin de poder darle dinero a su hermano.

A medida que se va acercando la fecha de inicio del campeonato, las inesperadas visitas de un Zihan inexplicablemente vestido con los colores del club se van multiplicando, de manera que el hermano mayor enseña a Zijie los matices más sutiles de la esgrima y contribuye a que el joven consiga un puesto en el equipo. Zihan también anima a Zijie a aceptar la insinuación de un compañero de equipo, un chico de lo más sensible que, al parecer, es un gran fan de una banda de heavy metal. Y al joven protagonista, por su parte, le fascinan los clásicos que canta su madre, como “Oh Carol”, de Neil Sedaka, o “You Mean Everything to Me”.

La reconocible melodía de esta última canción se integra a menudo en la banda sonora del compositor Piotr Kurek, que por lo demás es de intenso suspense y alude a la nostalgia de la infancia que compartieron los dos hermanos. La película se inicia con un vago recuerdo en el que el mayor de los hermanos salva al pequeño en un río, pero ¿es cierto lo que recuerda? ¿O es un recuerdo alterado, nacido de un doloroso deseo de demostrarse, ante todo a sí mismo, que su hermano es normal y que el asesinato fue un accidente?

Low juega con esta ambigüedad a lo largo de toda la película, y aunque resulta evidente que Zihan es un maestro de la manipulación —prueba de ello es la relación que tiene con su abogado—, la cercanía que la cineasta establece entre el espectador y Zijie nos lleva a dudar también de lo que estamos viendo. Yu-Ning desempeña un papel convincentemente espeluznante, y el acertado uso que hace el director de fotografía Michal Dymek de los primeros planos refuerza su posible psicopatía, pero la ternura de Zihan es lo que quizá nos impida verlo, al igual que le ocurre a Zijie.

La película está rodada en un disciplinado formato 1:66:1, con una simetría y unos colores utilizados con frecuencia que reflejan claramente el estado de ánimo en cada una de las secuencias, así como con dos escenas en las que la cámara se desplaza alrededor de los personajes en momentos de tensión. Las piezas oníricas que difuminan la frontera entre realidad y percepción se afinan mediante un diseño de sonido envolvente y señales visuales directas, sin olvidar el perturbador giro final que realmente trasciende esta frontera y nos transmite claramente que el tema clave de la película no es otro que el amor, y no la verdad.

Pierce es una coproducción entre las singapurenses Protocol y Elysiüm Ciné, la taiwanesa Flash Forward Entertainment y las polacas Harine FilmsFixafilm. La estadounidense Magnify se ocupa de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)

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