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PELÍCULAS / CRÍTICAS Francia

Crítica: Karmapolice

por 

- Julien Paolini sumerge a Syrus Shahidi y Alexis Manenti en los márgenes del barrio obrero parisino de Château Rouge, presentando un relato policíaco oscuro sobre un agente que busca la redención

Crítica: Karmapolice
Syrus Shahidi y Alexis Manenti en Karmapolice

“La ley del karma establece que, para poder ser libre y alcanzar el nirvana, todo ser que sufre debe revivir su padecimiento hasta encontrar una respuesta”. Esta cita, que aparece en los créditos iniciales de Karmapolice (el nuevo trabajo de Julien Paolini, que se estrenará en los cines franceses el 17 de julio a través de À Vif Cinémas), a la que siguen toda una serie de impactantes imágenes en blanco y negro con las que se muestra una versión de París a años luz de los clichés turísticos, con calles pavimentadas de miseria y crack y plagadas de policías, marca claramente el tono de esta feroz película que se niega a endulzar la realidad, y lo hace a base de sumergirse en el dolor del presente y en los fantasmas que hay que exorcizar. Este segundo largometraje de presupuesto increíblemente bajo, que es duro y sórdido a más no poder, obtuvo el Gran Premio a mejor película policíaca en Cognac en 2023 y constituye una prueba irrefutable de la singularidad de este director francoitaliano, que ya tuvo un gran éxito con Amare Amaro [+lee también:
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y podrá expresarse más plenamente en su próximo trabajo, Le Raïs de Palerme (que estará protagonizada por Roschdy Zem).

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“El cuerpo de policía ya no es lo que era desde que no está Angelo el héroe (...) Si te callas, todo irá bien”. El inspector de policía Angelo (un Syrus Shahidi con un look a lo Serpico) lleva más de dos meses de baja y medicándose por depresión. Tanto él como su pareja, Pauline (Karidja Touré), que le quiere y le apoya incondicionalmente —pero no es consciente de todos sus pensamientos—, se mudan temporalmente a un apartamento en el corazón de un barrio muy obrero llamado Château Rouge. Desorientado e incapaz de dormir, Angelo deambula por las calles y no tarda en fijarse en Poulet (el brillante Alexis Manenti), un hombre de dudosa reputación que conoce la zona como la palma de su mano, está al tanto de todos los negocios clandestinos y frecuenta el centro social local (“Hago favores a pequeña escala, suavizo los problemas de los demás”). Preocupado por una vecina drogadicta del otro lado del pasillo (Hortense Ardalan), que está claramente bajo el control de un tal Anselme (Steve Tientcheu), un peligroso traficante de crack al que nadie ha visto nunca, Angelo se involucra en las actividades de Poulet y se embarca en una investigación clandestina totalmente incomprensible a los ojos de Pauline (que trata de encontrarles un hogar en otra zona) y de Kemar (Foëd Amara), el compañero de trabajo de Angelo, con el que comparte un secreto muy oscuro. Pero el idealismo y las emociones tan directas de Angelo se verán sometidos a una dura prueba...

Karmapolice constituye un cautivador retrato de París a través del espejo (“apesta a pis, hay gente y energía a raudales”, “en este país hay de todo”) de un tipo recientemente retratado en Goutte d’or [+lee también:
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, así como un incisivo cuadro de un hombre que se tambalea al borde del abismo, desgarrado entre la moral personal y la adaptación (con la flexibilidad de un infiltrado) a un barrio que “no deja títere con cabeza”. Se trata de una película de lo más esquizofrénica cuyos dos protagonistas llevan a cabo sus pequeños negocios en un bar llamado Le Titanic. Esta angustiosa inmersión en la oscuridad se mueve alrededor de la porosa frontera entre la mentira y la verdad, juega con los códigos clásicos de las películas de detectives, así como con el simbolismo fantástico (las manos salen de las paredes, los edificios tienen entradas ocultas, los pasillos rezuman una atmósfera turbia), y no teme a su propia sombra, a pesar de su espeluznante final. El resultado es una película audaz e inquietante —a veces incluso perturbadora— que se expresa sin tapujos, una película diferente que sin duda despunta en el panorama cinematográfico francés.

Karmapolice ha sido producida por La Réserve y Cousines et Dépendances, y coproducida por Charly's Films, Dinosaures, Sugar Mama Productions, Kallouche Cinéma, French Flair Entertainment y S'imagine Film.

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(Traducción del francés)

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