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PULA 2024

Crítica: This Is Not a Love Song

por 

- El sexto largometraje de Nevio Marasović sigue a una expareja de cineastas que exploran la vida y la colaboración años después de terminar su relación sentimental

Crítica: This Is Not a Love Song
Janko Popović Volarić y Lana Barić en This Is Not a Love Song

Nevio Marasović está de vuelta en al Festival de Pula con su nueva película, This Is Not a Love Song, que se estrena a nivel mundial tan solo un año después del estreno en este mismo certamen de su obra anterior, Good Times, Bad Times [+lee también:
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. Su anterior trabajo fue una aventura de lo más arriesgada y atrevida, una película rodada en una única localización con un gran número de actores que interpretaban a los mismos personajes en diferentes situaciones y etapas de la vida, pero el riesgo mereció la pena. This Is Not a Love Song comparte algunas de las características de su predecesora, a saber, su compacta duración de 71 minutos, la única localización —aparte del prólogo, el epílogo y los interludios de vídeo casero simulado— y el hecho de que el diálogo constituye también la piedra angular de la película. En lo que se refiere al tema en torno al que gira, no obstante, esta última cinta está más cerca del bien recibido segundo largometraje de Marasović, Vis-à-Vis [+lee también:
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(2013).

Niko (Janko Popović Volarić, colaborador habitual de Marasović desde Vis-à-Vis) tenía por delante una carrera cinematográfica de lo más prometedora, ya que su debut Schlager (su transcripción croata “Šlager” constituye a su vez el título original de This Is Not a Love Song), que realizó en colaboración con su entonces novia Sara (Lana Barić, de películas como Eden, de Ágnes Koscsis, y Tereza37 [+lee también:
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, de Danilo Šerbedžija), cosechó múltiples premios en el circuito de festivales. Sus siguientes películas ni se acercaron al éxito de la primera, de modo que, unos años más tarde, Marasović se vio dirigiendo anuncios para ganarse la vida. Preso de un bloqueo creativo, emprendió un largo viaje de Viena a Zagreb en bicicleta, pero sufrió un accidente en el que se rompió la rodilla y acabó en un hotel balneario de la ciudad turística eslovena de Bled durante varios meses de recuperación. Una vez allí, decidió escribir un guion sobre su relación con Sara, se lo envió y la invitó a casa para conocer su opinión, con la esperanza de que pudieran reavivar su química, al menos en el plano creativo.

Lo que sigue son tres actos de discusiones sobre quién ha perjudicado más a quién y cómo, sobre confesiones cargadas de sinceridad que contribuyen a enfriar los ánimos y sobre la formación de una nueva relación que amenaza con convertirse en un eco de la anterior, intercalada de vez en cuando con fragmentos de un vídeo casero que muestra al Niko de hace años tratando de grabar un clip para presentar Schlager en un festival de Japón, a través del cual nos enteramos de que, aunque él es el director de la película, fue Sara quien realmente le dirigió a él. A este vídeo casero le sigue un epílogo ambientado en la edición de 2022 del Festival de Pula, que revela cómo acabaron las cosas entre ellos.

El bloqueo creativo constituye el mismo problema del que Marasović se sirvió tanto en Vis-à-Vis como en Comic Sans [+lee también:
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(2018), así que se puede considerar This Is Not a Love Song como una especie de secuela de estas dos películas en lo que se refiere al tema. El método del que hace uso el cineasta es también similar al de algunas de sus obras anteriores, al menos en lo que respecta a la escritura, ya que coescribió el guion con ambos actores, que participaron en la creación de sus personajes desde el principio. Este modus operandi se traduce en interpretaciones auténticas que, aunque tocan emociones profundas, no rozan en ningún momento la sobreactuación.

El enfoque de la dirección de Marasović resulta bastante funcional y no demasiado llamativo; la serie de planos invertidos interrumpidos por interludios y una encantadora secuencia de montaje funcionan de maravilla, al igual que la fotografía de Radoslav Jovanov Gonzo, normalmente de poca profundidad de campo, que difumina contraintuitivamente las localizaciones para centrar toda nuestra atención en los actores, los personajes que interpretan y las relaciones entre ellos. La importancia que da Marasović a la música en sus películas es también digna de mención, y prueba de ello es la amalgama entre la suave banda sonora de Alen y Nenad Sinkauz y los “schlagers” eslovenos y croatas de fácil escucha, que funcionan a la perfección en la película.

This Is Not a Love Song es una producción croata de Šlager film d.o.o., y ha sido producida por Nevio Marasović, Janko Popović Volarić e Ira Cecić.

(Traducción del inglés)

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