Crítica: The Wrath of God
- Kristijan Milić combina el género del cine bélico y diferentes elementos del thriller en una amalgama fluida y sólida

Kristijan Milić está de vuelta en el Festival de Pula con otra obra de género, que en este caso está basada en una novela de Josip Mlakić en torno a las guerras de los años 90 en la antigua Yugoslavia. Con The Wrath of God, que acaba de estrenarse en la competición croata del festival nacional, el director vuelve a mezclar distintos géneros en una amalgama homogénea y coherente. Al tratarse de una obra de género con atractivo universal, es cuestión de tiempo que los festivales especializados seleccionen la película, pero tampoco sería de extrañar que la cinta tuviera también un gran éxito en lo que respecta a su distribución en las salas de cine de las distintas regiones del país.
Bosnia Central, invierno de 1993. Ilija (Ivo Krešić, que ya apareció en Dead Fish [+lee también:
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entrevista: Kristijan Milić
ficha de la película], la anterior película de Milić), antiguo profesor de matemáticas, es ahora minero en las fuerzas croatas que luchan contra las bosnias. De repente, su rutina de guerra se rompe cuando se entera de la noticia de que su hermano Goran ha muerto en combate en un pueblo situado varios kilómetros detrás de las líneas enemigas, sin que su muerte tenga ninguna importancia estratégica para la lucha. Además, no hay ningún registro oficial de la acción, y Goran y sus compañeros recibieron un pago en metálico en dólares estadounidenses por su participación.
Con la ayuda de Zoran (Marko Cindrić, en su tercera colaboración con Milić), su contacto en el departamento de inteligencia, Ilija emprende una misión para averiguar quién envió a su hermano y a sus compañeros a una muerte segura y por qué. La conspiración que va destapando le lleva hasta Zagreb y los turbios negocios entre ambos bandos del conflicto, con militares y políticos implicados. La posibilidad de que la investigación de Ilija le lleve a tomarse la justicia por su mano se vuelve cada vez más probable...
La guerra, o por lo menos su repercusión, constituye el tema principal de las películas de Milić, pero el enfoque del director siempre varía en función del género. Su debut, The Living and the Dead (2007), mezclaba la Segunda Guerra Mundial y la guerra de los años 90 en una combinación de cine bélico, misterio, fantasía y terror sobrenatural. Su siguiente largometraje, Number 55 [+lee también:
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ficha de la película] (2014), contaba la historia real de la Guerra de Independencia croata desde el prisma de una película de acción bélica pura y dura, mientras que Dead Fish (2017) era una historia al estilo de Altman sobre los destinos humanos de posguerra en una ciudad dividida. Esta vez, la base de película bélica adopta la forma de un thriller al que no le faltan subgéneros como el policíaco, el cine negro y el thriller conspirativo paranoico al estilo de los años 70.
Como director, Milić efectúa todos los movimientos con inteligencia y suma precisión para mantener la trama fluida e intrigante para los espectadores a lo largo de los 110 minutos de duración de la película. En general, el ritmo es moderado, lo cual proporciona frescura a la trama en todo momento, mientras que los cambios de género se ven acentuados por cambios de estilo. Por ejemplo, la paleta de colores de la fotografía de Mirko Pivčević pasa de los grises y marrones del paisaje bélico a tonos más azulados, más propios del cine negro urbano, y la música de Andrija Milić pasa de una orquestación de la vieja escuela con algunos toques de guitarra acústica a algo más jazzístico y progresivo a partir del momento en que la historia cambia de género.
Este mismo nivel de meticulosidad queda patente también en la elección del reparto por parte de un Milić que echa mano de actores con los que ya estaba familiarizado al haber formado parte de algunos de sus trabajos anteriores. La decisión de escoger a Ivo Krešić como protagonista de una obra de género podría haber parecido arriesgada, pero el actor aprovecha la oportunidad para demostrar que está a la altura de una misión así. Tampoco se quedan atrás Marko Cindrić, que interpreta a Zoran con los pies en la tierra en todo momento, ni Slaven Knezović (también productor de la película), que interpreta al benévolo comandante de Ilija, mientras que Domagoj Mrkonjić, en el papel del amigo más cercano de Ilija, interpreta su personaje como un auténtico principiante.
En definitiva, The Wrath of God constituye una satisfactoria experiencia cinematográfica de género que, aunque tiene un aire retro, no da la sensación de anticuada en ningún momento. Este tipo de película de género, sólida pero nunca llamativa, se ha convertido en algo cada vez más inusual hoy en día.
The Wrath of God es una coproducción entre Croacia y Bosnia y Herzegovina de Eurofilm y Oktavijan.
(Traducción del inglés)
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