LOCARNO 2024 Fuera de competición
Crítica: Dragon Dilatation
por Muriel Del Don
- El seductor largo de Bertrand Mandico nos lleva a un mundo utópico en el que deseo y decadencia dialogan con gracia, como dos bailarinas preparadas para subir al escenario

El director francés Bertrand Mandico, al que le apasiona un Festival de Locarno en el que ha presentado anteriormente muchas de sus películas —entre ellas After Blue [+lee también:
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tráiler
ficha de la película]— en competición, está de vuelta con Dragon Dilatation [+lee también:
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Dragon Dilatation (dividida en dos partes: la primera, titulada “Petruška”, ofrece una relectura del ballet de Stravinsky, y la segunda, “La Déviante Comédie”, está formada por una serie de secuencias de los ensayos de un espectáculo que Mandico iba a dirigir en el Théâtre Nanterre-Amandiers) es una película experimental que combina magistralmente poesía y decadencia, elegancia formal y rudeza subterránea. Se trata de una obra rodada en pantalla dividida, como para recordarnos que la realidad no es única sino múltiple, escurridiza y deliberadamente ambigua. Dragon Dilatation tiende un puente entre el mundo más onírico y alucinatorio de “Petruška” y el caracterizado por la provocación erótico-política de “La Déviante Comédie”, que constituye una especie de Divina comedia queer en la que un perro del inframundo que responde al nombre de Rainer —en homenaje a Fassbinder—, interpretado por la majestuosa Elina Löwensohn, conduce a los personajes a aventuras extremas que les llevan a una especie de éxtasis subterráneo. Tal y como señala el director, las dos partes de la película se crearon de forma independiente y no se unieron hasta más tarde, lo cual dio lugar a un encuentro brutal pero eficaz entre elegancia y provocación. La poesía de “Petruška”, la primera parte en la que la música toma el control y rezuma como un río desbordado, combina magníficamente con la segunda parte, marcadamente más punk y cargada de un erotismo queer que no se detiene ante nada. En este sentido, el personaje de Conann (Claire Duburcq), una especie de versión lésbica del dios Thor que a veces recuerda a la locura magnética de Peaches, es inolvidable, al igual que el perro Rainer que, con el rostro cubierto por una máscara grotesca, incita a los personajes a experimentar con una sensualidad basada exclusivamente en el deseo.
Los rasgos más sorprendentes y fascinantes de los personajes son precisamente su ambigüedad y su ambivalencia. Sus rostros y cuerpos sufren mutaciones y metamorfosis sin complejos, jugando con el binarismo de género y las etiquetas que la sociedad pone a los cuerpos como si fueran meras mercancías.
La música, que sin duda cuenta con una mayor presencia en la primera parte, dota a ambas partes de una capa adicional de magia. En “La Déviante Comédie”, no obstante, la magia se transforma en un manifiesto queer que incita a la revuelta, una especie de elixir de la verdad que empuja al público a enfrentarse a sus propios miedos y limitaciones. Cabe destacar también a Petrouchka (Clara Benador), una bailarina del Bolshoi indudablemente magnética —y con un marcado estilo a lo heroin chic— que se transforma ante nuestros ojos en una marioneta a merced de una diseñadora de moda tuerta que recuerda a la Madonna de Madame X (interpretada por una irresistible Nathalie Richard). Dragon Dilatation es una película desestabilizadora que transforma el cine en una forma de arte escénico en la que los cuerpos se liberan de toda restricción social.
Dragon Dilatation es una producción de Orphée Films en coproducción con Venin Films, Ecce Films y Nanterre-Amandiers Centre Dramatique Nationale. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Kinology.
(Traducción del italiano)
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