LOCARNO 2024 Cineasti del Presente
Crítica: Monólogo colectivo
por Muriel Del Don
- El largometraje de Jessica Sarah Rinland, que transciende las fronteras entre hombre y animal, es un retrato de una infinita ternura de las relaciones basadas solamente en la inmediatez

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entrevista: Jessica Sarah Rinland
ficha de la película], el nuevo largometraje de la artista y directora argentinobritánica Jessica Sarah Rinland, que ha sido presentado en la sección Cineasti del Presente del Festival de Locarno —donde su película anterior, Those That, at a Distance, Resemble Another [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], recibió una mención especial en la sección Moving Ahead—, constituye el conjunto de una serie de retratos íntimos y fugaces. Estos momentos, filmados en varios zoológicos y centros de rescate de animales heridos de Argentina, muestran a seres humanos —con la mujer como figura central en todo momento— alcanzando un profundo sentido de armonía con los animales. Estos “momentos robados” revelan la importancia de la empatía y la tolerancia mutuas en cualquier forma de contacto, independientemente de que sea humano o no. Lo que verdaderamente importa es la capacidad de escuchar y aceptar a los demás tal como son, con todas sus virtudes y defectos, en un acto de comprensión desinteresada basado en la ternura y el amor. Monólogo Colectivo es una película que da voz a quienes carecen de ella y arroja luz sobre realidades que, debido al dominio del Antropoceno, siempre quedan relegadas a las sombras.
El término “monólogo colectivo”, tal como lo define Jean Piaget, hace referencia a un período de la infancia caracterizado por el egocentrismo, a una etapa durante la cual los niños consideran irrelevante el punto de vista del oyente. Creen que la naturaleza existe para su beneficio y que pueden controlarla, como si les perteneciera intrínsecamente. En este nuevo largometraje de Rinland, esta fase egocéntrica se supera y desmonta metafóricamente mediante encuentros con la otra parte. Las personas que cuidan de los animales en parques y zoológicos no se limitan a atender sus necesidades básicas, sino que los tratan con el mismo respeto y amor que tendrían por sus congéneres humanos. La película nos invita a observar de cerca estos momentos fugaces e intensamente conmovedores en los que las fronteras entre especies se disuelven, y en los que solo importan el acto de escuchar y la inmediatez del momento presente.
Rinland captura con hermosura esta cercanía visceral entre seres que la sociedad etiqueta como diferentes por medio de poderosos primeros planos. La proximidad de la cámara a los cuerpos de los protagonistas, tanto humanos como animales, pone de relieve tanto las similitudes (el color del pelo de una de las cuidadoras del zoo y el del mono que sostiene, por ejemplo) como las conexiones emocionales entre las distintas especies. Frases como “reina mía”, “te amo” o “con amor”, que dicen quienes cuidan de los animales, se transforman en la película en manifiestos que abogan por la tolerancia y la empatía, cualidades que a menudo se pasan por alto en nuestro mundo egocéntrico. “No son los animales los que no entienden, somos nosotros los que no sabemos lo que hacemos”, dice una de las responsables del zoo a los futuros empleados, como para recordarnos que las normas que la humanidad ha creado con arrogancia no son válidas universalmente.
Monólogo colectivo es una película que nos anima a ver el mundo desde la perspectiva de los animales, como si los observáramos por primera vez. Las imágenes que nos brinda Rinland conceden al público la oportunidad de descubrir realidades cuya existencia desconocían. Las escenas en las que los brazos y las manos de los asistentes tocan, acarician y masajean las extremidades de los simios a través de los barrotes de sus recintos resultan especialmente conmovedoras y poéticas. La distancia física entre ellos se vuelve insignificante, de modo que lo único que importa pasa a ser la naturaleza profunda e intensa del contacto y la sinceridad de un gesto aparentemente sencillo, que se convierte en un momento de catarsis. Los animales, a menudo filmados en planos poéticos y estáticos, dictan su propio ritmo, obligándonos a observar algo en lo que normalmente no nos fijaríamos.
Monólogo colectivo ha sido producida por la argentina Trapecio Cine y la propia Jessica Sarah Rinland.
(Traducción del italiano)
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