Crítica: Green Line
por Giorgia Del Don
- La directora francesa Sylvie Ballyot presenta un primer largometraje que revisita la guerra civil libanesa a través de los ojos de una niña

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tráiler
ficha de la película], la ópera prima de la directora, guionista y productora francesa Sylvie Ballyot, que ha sido presentada en la competición por el Leopardo de Oro del Festival de Locarno de este año, gira en torno a las innumerables personas que han vivido en sus carnes el infierno de la guerra, y más concretamente, de la guerra civil que partió en dos el Líbano entre 1975 y 1990, a través de la simbólica “Línea Verde”. La niña junto con la que nos sumergimos en este infierno es Fida, una joven que se ha visto obligada a lidiar con una vida cotidiana que ya no tiene sentido, un día a día marcado por escenas de horror insoportable que arden en su interior como carbones encendidos. Aunque ya han pasado cuarenta años, la escritora Fida Bizri, coautora de la película, todavía no ha sido capaz de borrar de su mente las sensaciones que la acompañaron de niña a lo largo de todos aquellos años de terror. La sensación de no poder comprender ni obtener explicación alguna de por qué hubo una serie de adultos confusos que hicieron todo lo posible por protegerla es lo que la ha llevado hoy a cuestionarse las razones de lo ocurrido. Lo que busca no son respuestas enrevesadas, sino una expresión sincera de lo que sucedió.
A través de los numerosos testimonios de personas que vivieron personalmente la tragedia (algunos civiles y múltiples soldados, pertenecientes tanto a las facciones aliadas como a las enemigas), la cineasta hace un esfuerzo, a través de la película, por expresar lo inexpresable y representar lo que parece inimaginable, es decir, los sentimientos que habitaban en los protagonistas de esta espantosa guerra, especialmente cuando se trata de las emociones de una niña. Las preguntas directas —pero siempre respetuosas— que Fida hace a los antiguos milicianos la llevan inevitablemente a hacer frente por primera vez a la angustia de todos los niños que sufrieron esta guerra como un castigo incomprensible y cruel. La ya adulta Fida nos da la oportunidad de comprender lo difícil que resulta darse cuenta de que estábamos equivocados, puesto que, al fin y al cabo, las guerras son siempre errores, errores muy graves.
Por medio de esporádicas imágenes de archivo, numerosas conversaciones con personas que participaron en la guerra, una figurita de Fida de niña y una maqueta de Beirut tal y como era en la década de 1980, la película trata de reconstruir la vida cotidiana de su protagonista, así como los incesantes episodios de ansiedad que la han acompañado durante mucho tiempo y siguen haciéndolo. Escuchar a Fida mientras recuerda la fascinación que ejercía sobre ella la muerte como punto final de una existencia sin sentido pone la piel de gallina.
A pesar de que las palabras que emplean los antiguos soldados para intentar dar sentido a sus actos son numerosas (hablan de que tomaban drogas, de que todo vale en una guerra, de que desaparecen los matices entre ser amigos o enemigos, de que uno llega incluso a acostumbrarse al horror, de que miramos sin ver, etc.), estas no parecen insuficientes. Quizá sean más los gestos, el movimiento mecánico de las figuritas sobre la maqueta que Fida pone a su disposición y la tristeza que se puede leer en sus rostros lo que nos hace comprender que nadie, ya sea adulto o niño, puede librarse del horror.
Green Line se sirve de la historia de Fida para hablarnos de todos los niños que, aún hoy, sufren las consecuencias de decisiones que escapan a su comprensión, de modo que acaban viéndose inmersos en infiernos que los adultos han creado para descargar su rabia sin sentido. Al mismo tiempo, la película pone de relieve la posibilidad de revisitar el pasado a través del teatro y el cine, no tanto para encontrar respuestas a lo que ocurrió como para identificar y abordar de frente sensaciones que se han reprimido durante demasiado tiempo.
Green Line ha sido producida por TS Productions y coproducida por Films de Force Majeure y XBO Films.
(Traducción del italiano)
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