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VENECIA 2024 Competición

Crítica: El jockey

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- VENECIA 2024: Después de la interesante presentación de su excéntrico protagonista, la cinta de Luis Ortega pierde rumbo debido a un guion confuso y un desarrollo de personajes poco acertado

Crítica: El jockey
Úrsula Corberó y Nahuel Pérez Biscayart en El jockey

En el último largometraje de Luis Ortega, una extraña comedia dramática titulada El Jockey [+lee también:
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]
, que compite por el León de Oro en el Festival de Venecia, descubrimos a un protagonista bastante singular, un legendario jockey llamado Remo Manfredini. Interpretado por Nahuel Pérez Biscayart, Manfredini es un hombre diminuto que ha desarrollado una serie de adicciones y hábitos extravagantes, que lo llevan rápidamente por un camino de autodestrucción. Su novia Abril (Úrsula Corberó) parece eclipsar su talento, y ambos viven bajo el férreo control del mafioso local Sirena (Daniel Giménez Cacho). El primer punto de inflexión se produce cuando Manfredini participa en una importante carrera que le liberará de sus deudas con Sirena. Durante la competición, el jinete pierde repentinamente el control de su caballo japonés, acaba gravemente herido y cae en coma. Poco después se despierta, roba un abrigo de piel perteneciente a una paciente que yace en la misma habitación del hospital y comienza a vagar por las calles de Buenos Aires.

Hasta aquí, la película de Ortega consigue provocar alguna risa y entretener gracias a su ambientación surrealista y a su peculiar protagonista, planteando los principales conflictos y relaciones de una forma más o menos clara. Sin embargo, lo que viene a continuación es otra película, y no una muy lograda. Aunque podemos entender que Manfredini es un personaje especialmente problemático desde el principio, ya que lidia con una serie de problemas físicos y psicológicos sin resolver, seremos testigos de cómo se embarca en un inesperado camino de “redescubrimiento” interior que no está respaldado por un convincente desarrollo del personaje. El comportamiento de Manfredini se va volviendo cada vez más “fronterizo”, a medida que protagoniza diálogos y escenas exageradas. Se supone que el jinete “muere” y vuelve a nacer, en busca de una nueva identidad con la que se sienta más cómodo. Lo que no queda claro en algunos momentos es “por qué” suceden ciertas cosas y cómo encajan con el trasfondo de la historia. De esta forma, podemos tener la sensación de que todo está interpretado, en lugar de suceder de forma orgánica. En otras palabras, cuando todo parece un giro argumental o un golpe de efecto, no suele ser una buena señal, sino el resultado de un guion pobre y confuso. A pesar de la loable intención de tocar temas de identidad desde una perspectiva novelesca, Ortega elabora un relato frágil y nebuloso donde lo extraño y lo surrealista no le ayudan a profundizar en sus personajes ni a explorar su mundo interior. Por el contrario, lo mantiene todo en la superficie, haciéndonos cuestionar su propia relevancia. Esta falta de claridad general se mantiene hasta el cierre del arco narrativo, que se escenifica de forma demasiado ambigua para resultar satisfactoria.

En cuanto a los aspectos positivos, la dirección de fotografía de Timo Salminen es capaz de envolver la mayoría de los ambientes decadentes en los que se desarrolla esta historia (el bar de Sirena, una prisión, los interiores del hipódromo) con una iluminación que hace que todos parezcan sucios y deprimentes, tal y como deben ser. Además, la banda sonora, compuesta por temas originales y viejas canciones locales, cortesía de Sune Rose Wagner, es enérgica y encaja bien con la atmósfera excéntrica de la película.

El Jockey es una producción de la argentina Rei Pictures, coproducida por la mexicana Piano, la hispanomexicana El Estudio, la danesa Snowglobe, la argentina Jacinto Films y la también mexicana Barraca, en colaboración con la estadounidense VIX, la argentina Pampa Films y la española Gloriamundi, junto con el estudio Dim Films y la Fundación Ernesto Sábato. Protagonist Pictures se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)

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