VENECIA 2024 Semana Internacional de la Crítica
Crítica: Peacock
por Susanne Gottlieb
- VENECIA 2024: En su ópera prima, el director austriaco Bernhard Wenger ironiza sobre la construcción social de una personalidad, aprovechando al máximo la sobria actuación de Albrecht Schuch
Si por algo se caracterizan los primeros minutos de Peacock [+lee también:
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ficha de la película], es por los planos generales perfectamente simétricos y una mirada controlada y perfectamente curada. En lo que respecta a la vida de Matthias (Albrecht Schuch), que ocupa el centro del escenario durante estas tomas, se podría decir que los adjetivos que mejor la definen son también controlada y curada. Su existencia constituye un tranquilo remanso de paz, con un aura de absoluto zen a su alrededor —que pronto se verá alterada—. Y es precisamente el proceso a partir del que termina esta paz mental lo que conforma el conflicto central de la ópera prima del director austriaco Bernhard Wenger, que se ha estrenado en la Semana Internacional de la Crítica del 81.º Festival de Venecia.
Lo que Matthias expone en estas secuencias iniciales no es un rápido resumen del hombre que es, sino de las distintas personalidades que adopta en su día a día. Matthias trabaja en una empresa llamada “My Companion – Friend for Hire”, y su labor consiste en asumir el papel del compañero perfecto para cualquier ocasión, en cualquier situación, ya sea haciéndose pasar por el hijo de un viejo rico amargado, fingiendo ser la cita melómana de una señora mayor, o incluso ayudando a una mujer a aprender a pelearse con su marido.
Sin embargo, en privado, no parece tener tanta personalidad. Cuando su novia, Sophia (Julia Franz Richter), le pregunta qué vino quiere beber, él responde: “El que tú quieras”. Cuando surge la pregunta de si intervendría en una pelea física, no se muestra capaz de ofrecer ninguna postura y se limita a decir obviedades. Este podría ser el escenario ideal para que no hubiera problemas en el paraíso, pero Sophia lo ve más bien como un problema sin solución. “Ya no eres real”, le dice a Matthias antes de dejarle.
Puede que todo esto le suene a todo aquel que esté familiarizado con la obra de Wenger, puesto que su cortometraje Excuse Me, I'm Looking for the Ping-pong Room and My Girlfriend giraba en torno a un hombre pasivo que, tras ver cómo su mujer le abandonaba, se veía a sí mismo dando tumbos por los entresijos cada vez más confusos de la situación. Una vez más, Wenger emplea en esta película su humor seco y acentuado, que en ocasiones roza lo surrealista y atraviesa géneros hasta llegar a escenarios de terror.
Pero Peacock es una película por derecho propio que da al espectador la oportunidad de observar a un Matthias que, aunque a primera vista parece capaz de afrontar a la perfección el papel de un nuevo soltero, acaba viéndose inmerso en una lucha contra sus contradicciones mentales. Sin un homólogo con el que interactuar, está perdido, condenado a sus propios pensamientos. Es hora de que empiece a ocuparse de sí mismo y de sus problemas, le dice incluso su amigo y colega David (Anton Noori). Pero ningún perro de alquiler, ninguna aventura y ninguna limpieza espiritual parecen servir. Matthias, que se ve a sí mismo como el gallo del corral que constituye el centro de retiro, tendrá que enfrentarse a su vanidad y rechazar la noción de perfeccionismo impecable que le rodea si quiere encontrarse realmente a sí mismo.
Gran parte de la razón por la que Peacock funciona tan bien son las cualidades camaleónicas de un Schuch con un peinado con mechas rubias y un bigote que le hacen parecer un elegante comercial de los que salen en la tele. Con su actuación discreta, postura controlada, voz suave y un mínimo de emoción, se convierte en algo en lo que proyectarse, en un jarrón vacío. Sean cuales sean las situaciones exageradas que le plantea Wenger, las aprovecha y las interpreta sin problemas, lo cual refuerza aún más la sátira. El humor que rodea las aventuras de este (anti)héroe no procede de las ocurrencias ni de las payasadas, sino de la trágica realidad de los absurdos de la vida.
Peacock ha sido producida por la austriaca Nikolaus Geyrhalter Filmproduktion las ventas internacionales de la películas corren a cargo de mk2 Films.
(Traducción del inglés)
Galería de fotos 31/08/2024: Venice 2024 - Peacock
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