02/09/2024 - VENECIA 2024: El conmovedor drama familiar de Walter Salles se centra en la desaparición y el asesinato de un ex miembro del congreso e ingeniero civil a través de los ojos de su valiente mujer

Un perfecto día soleado llega a su fin. En una playa, los niños juegan, el mar está en calma, suena música bossa nova y a todos les espera una rica cena. Los chicos parecen divertirse, soñando con abandonar este hermoso lugar en el que viven desde hace 20 años, pero al que siguen muy apegados. En este escenario aparentemente idílico arranca el nuevo largometraje de Walter Salles, Ainda estou aqui [+lee también:
tráiler
ficha de la película], presentado en la competición principal del Festival de Venecia. Estamos en Río de Janeiro entre 1970 y 1971. Mientras las clases más ricas y educadas del país parecen no tener de qué preocuparse, hay una mayoría silenciosa que pasa penurias. Sin embargo, los primeros son víctimas del férreo control de la dictadura militar. Todo es muy frágil y la situación puede cambiar en cualquier momento, probablemente para peor.

Este es el contexto de la película, escrita por Murilo Hauser y Heitor Lorega, en la que una tragedia familiar y la valentía de una mujer son los protagonistas. Un día, el exdiputado e ingeniero civil Rubens Paiva (Selton Mello) recibe la visita repentina de unos hombres que le obligan a abandonar su casa e ir a un cuartel de la policía militar para responder a “algunas preguntas”. Rubens desaparece y la policía militar detiene a su mujer, Eunice (Fernanda Torres), y a su hija Eliana. Eliana es enviada de vuelta a casa al día siguiente y, junto con sus cuatro hermanos y su criada, esperan noticias de sus padres. Al cabo de un tiempo, y tras sufrir torturas físicas y psicológicas, Eunice es liberada, pero esto es solo el comienzo de una espiral descendente y de una batalla legal que inevitablemente sacudirá a toda la familia.

Para esta película, Salles decidió apostar por Torres y su compleja interpretación de Eunice. Se trata de una elección muy acertada, ya que la actriz consigue interpretarla a lo largo de 25 años con gran profundidad, ofreciendo una interpretación muy creíble. Su fuerza de voluntad y sus cambios de humor, debidos al estrés que sufre y a su nuevo papel como cabeza de familia, son probablemente algunos de los rasgos clave de la personalidad del personaje.

A lo largo de la película, nos hacemos una idea de lo que era vivir bajo la dictadura, incluso en las pocas escenas que no están directamente relacionadas con la desaparición de Paiva. En una de ellas, un alegre paseo en coche se convierte en una pesadilla cuando conductor y pasajero son obligados a someterse a un control que acaba derivando en un registro.

Además, las dictaduras y los tiranos no son cosa del pasado, lo que hace de Ainda estou aqui una obra muy oportuna. Nos recuerda por qué nunca debemos dar por sentada la libertad, y lo hace sin caer en trampas retóricas.

La decisión menos convincente quizá sea la presencia de un “doble” final: el primero ambientado en 1996 y el segundo en 2014. Aunque ambas secuencias están bien montadas y aportan algo significativo a la historia de los Paiva, la de 2014 podría haber funcionado igual de bien con texto en pantalla.

Dicho esto, Ainda estou aqui es un sólido drama familiar que arroja luz sobre una página vergonzosa de la historia de Brasil. Su cuidada estética, en la que destacan la soberbia dirección de fotografía de Adrián Teijido y la acertada banda sonora de Warren Ellis, así como su inquebrantable protagonista, la convierten en una poderosa experiencia cinematográfica.

Ainda estou aqui es una producción de las brasileñas VideoFilmes y RT Features, coproducida por la francesa MACT Productions. Goodfellas se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)