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VENECIA 2024 Giornate degli Autori

Crítica: Boomerang

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- VENECIA 2024: El primer largometraje del artista iraní Shahab Fotouhi es una fascinante instantánea del Teherán de hoy en día, protagonizada por mujeres fuertes y libres

Crítica: Boomerang
Yas Farkhondeh en Boomerang

Parados en un semáforo, en medio del ruido del tráfico y en lados opuestos de la carretera, un chico y una chica se observan, y luego empiezan a hacerse muecas graciosas. Desde estos primeros momentos de alegre flirteo, intuimos que Boomerang [+lee también:
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no será la típica película iraní. La ópera prima en la dirección de Shahab Fotouhi, un artista de Teherán formado en Alemania, cuyos trabajos se han expuesto en todo el mundo, escapa de los cánones. Proyectada en la competición de las 21.as Giornate degli Autori del Festival de Venecia, la película retrata la sociedad iraní en su versión más moderna, presentando personajes femeninos fuertes y libres. Lo hace a través de un mosaico de fragmentos de vida cotidiana que debemos recomponer: una serie de acontecimientos que no parecen relacionados y con una mezcla de estilos y temperaturas diferentes.

Por un lado, están los dos jóvenes del semáforo, Keyvan y Minoo (Ali Hanafian y Yas Farkhondeh, amigos de infancia en la realidad), a los que seguimos en su paseo fluido y ligero por las calles de Teherán, al estilo de la Nouvelle Vague, y en sus múltiples conversaciones, que nunca resultan banales. A continuación, conocemos a Sima (Leili Rashidi) y Behzad (Arash Naimian), los padres de Minoo, en una escena curiosa y llena de suspense en la que Sima llega a casa y se da cuenta de que algo prohibido está ocurriendo detrás de una puerta. Luego está Behzad, que se reúne con una antigua novia de juventud, la firme y decidida Sadaf (Shaghayegh Jodat), que le dice que es un inerte crónico. También hay hombres de todas las edades que discuten en un bar sobre el estado actual del país, en un choque generacional que sigue los códigos del realismo social. Asistimos a pequeños detalles y fragmentos de conversaciones que se repiten y rebotan como un boomerang (de ahí el título de la película) de una escena a otra. La narración no es lineal y no sabemos casi nada de los antecedentes de los personajes.

Sin embargo, lo que está claro es que son ellas las que llevan la voz cantante. Sima está cansada de su matrimonio con Behzad, que se ha convertido simplemente en una relación de apoyo mutuo. “Ya no quiero tener miedo”, dice ante la proverbial inercia de su marido, antes de marcharse de casa. Minoo es una adolescente decidida y llena de vitalidad, que está descubriendo el amor, a sí misma y la realidad de su país. La ciudad de Teherán es omnipresente, con su arquitectura, sus ruidos y sus calles concurridas. En una escena particularmente encantadora, una joven en escúter arrebata un hermoso ramo de flores de las manos de Behzad (que estaba destinado a su esposa). Cuando pasa a su lado, se da la vuelta aferrando el ramo y sonriendo al hombre con una mirada dulce y orgullosa. Boomerang es una de esas películas que requieren un espectador activo para encajar las piezas del rompecabezas (el montaje es del director georgiano Alexandre Koberidze), pero resulta cautivadora si uno se deja llevar por el flujo de la narración sin hacerse demasiadas preguntas.

Boomerang es una producción de la alemana New Matter Films y las iraníes Rainy Pictures y Zohal Films. Las ventas internacionales corren a cargo de Cercamon (Emiratos Árabes Unidos).

(Traducción del italiano)


Galería de fotos 31/08/2024: Venice 2024 - Boomerang

12 fotos disponibles. Desliza hacia la izquierda o la derecha para verlas todas.

Shahab Fotouhi, Arash Naimian
© 2024 Isabeau de Gennaro for Cineuropa @iisadege

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