VENECIA 2024 Fuera de competición
Crítica: Finalement
por Jan Lumholdt
- VENECIA 2024: La melancólica fábula musical e itinerante de Claude Lelouch es una caja del tesoro repleta de agradables viejos trucos de un director particularmente personal

El hecho de que Claude Lelouch haya sido nominado al premio Glory to the Filmmaker en el Festival de Venecia de este año podría ser objeto de debate, sobre todo entre los devotos de la revista Cahiers du cinéma. “Recordad bien este nombre, porque nunca volveréis a oírlo”, predijo la famosa revista de cine en 1960 tras el estreno del primer largometraje de Lelouch, Le propre de l'homme. Más de 60 años y 50 películas después, al cineasta se le considera ahora como “una figura que ha aportado una contribución particularmente original a la industria cinematográfica contemporánea”, o al menos así es como describe el premio veneciano a sus ganadores. El octogenario director francés, que cumplirá 87 años el mes que viene y fue galardonado con un “pequeño” León de Oro en el Festival de Venecia de 1996 por Hommes, femmes : mode d'emploi, trae en esta ocasión al Lido su nueva película, Finalement [+lee también:
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ficha de la película], que se proyecta fuera de competición.
La “fábula musical” de Lelouch tiene como protagonista a un presunto nómada algo melancólico y pícaro (Kad Merad, de películas como Bienvenidos al Norte [+lee también:
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ficha de la película]) que hace autostop por toda la región de Normandía, de camino a Aviñón. A cada conductor que encuentra por el camino le “confiesa” su sórdido pasado, o mejor dicho, sus sórdidos pasados, ya que cambia la historia cada vez. En una de sus anteriores vidas es un antiguo sacerdote al que expulsan por fornicar demasiado, en otra es un director de cine porno, en otras es un delincuente en busca y captura. Recomienda Los puentes de Madison a la mujer de un granjero y le entrega en secreto 5.000 euros para un tractor nuevo. Se reúne con Jesús y sus discípulos —incluido un alegre Judas— y le lleva a Dios un vaso de agua, y de vez en cuando interpreta melodías de jazz con su trompeta —y lo hace bastante bien, por cierto—. No faltan las chansons ni los coches de carreras en Le Mans, y el protagonista tampoco se priva de contar un chiste sobre un hombre con un pie de la talla 43 que se compra un par de zapatos de la talla 42 solo por el placer de quitárselos al llegar a casa.
Mientras tanto, varias personas parecen desesperadas por tener noticias de este enigmático antihéroe (su teléfono fue arrojado al mar en Normandía). De vez en cuando, aparecen imágenes de los años 70 de los actores Lino Ventura y Françoise Fabian (de Una dama y un bribón, la película de Lelouch de 1973). Françoise Fabian reaparece ahora en el papel de la madre del protagonista, mientras que su padre es, o al menos era, Lino Ventura. El protagonista, también llamado Lino, de apellido Massaro, resulta ser un abogado de alto nivel que ha dado la espalda a su carrera y a su familia, en parte debido a un trastorno cerebral conocido como demencia frontotemporal. Esta afección, también conocida como “locura sentimental”, le ha embarcado en una búsqueda para encontrar lo que, después de todo —finalement—, queda de él. La razón por la que todo esto suena tan rapsódico y enrevesado es quizá porque procede del caótico cerebro del protagonista, pero ¿y si en realidad el verdadero origen de todo esto es el propio director?
No cabe duda de que Lelouch, al que nunca han aceptado del todo como cineasta de la Nouvelle Vague —aunque Un hombre y una mujer sea, irónicamente, una de sus representaciones más habituales en el extranjero—, es, no obstante, una “figura de particular originalidad”. En cuanto a Finalement, probablemente no resulte muy halagador que se describa la película como una mezcla de sus “mejores éxitos” agitados, sacudidos y metidos en un saco de viejos trucos, así que nos referiremos a la película —en un tono sin duda más amable— como una reunión entre amigos, y bastante agradable por cierto. El veredicto final será objeto de debate.
Finalement ha sido producida por las francesas Les Films 13, France 2 Cinéma y Laurent Dassault Rond-Point, y las ventas internacionales de la película corren a cargo de StudioCanal.
(Traducción del inglés)
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