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VENECIA 2024 Competición

Crítica: Diva Futura

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- VENECIA 2024: El segundo largo de Giulia Louise Steigerwalt, dedicado a Riccardo Schicchi, que lanzó a varias estrellas del porno en los 80 y los 90, se ve afectado por demasiados detalles y flashbacks

Crítica: Diva Futura
Pietro Castellitto en Diva Futura

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, una película que se adentra en las raíces de la pornografía en Italia. El punto de conexión entre ambas obras es el productor Matteo Rovere y el hecho de que la creadora y guionista de la serie, Francesca Manieri, y la directora y guionista de la película, Giulia Louise Steigerwalt, son mujeres. Steigerwalt dirige su segundo largometraje tras recibir el premio David di Donatello a la mejor ópera prima el año pasado con Settembre [+lee también:
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, pero lleva más de diez años trabajando como guionista. Diva Futura está dedicada a Riccardo Schicchi, que entre los años 80 y 90 sacudió la cultura de masas italiana con su agencia (cuyo nombre da título a la película), trasladando la idea del amor libre del movimiento hippie a un nuevo fenómeno: la pornografía en VHS y en las cadenas de televisión privadas. Diva Futura lanzó a la fama a personajes como Ilona Staller, conocida como Cicciolina, Moana Pozzi y Eva Henger (interpretadas por Denise Capezza, Tesa Litvan y Lidija Kordić, respectivamente), que se convirtieron en estrellas porno de fama internacional.

Schicchi, interpretado por un histriónico Pietro Castellitto, es presentado mediante la voz en off de su secretaria, la señora Debora (Barbara Ronchi), una aspirante a periodista que de alguna manera acabó en este estudio, cuyos escritorios servían ocasionalmente de plató. Riccardo, un hombre de gran corazón, amable, romántico y espiritual, se mantendrá siempre en contra del porno más extremo y violento que se popularizará más adelante, sobre todo con la llegada de Internet. Mientras tanto, sus chicas aprovechan este trampolín para conquistar el mundo. Moana Pozzi se presenta sin éxito al Parlamento y luego a la alcaldía de Roma. Quiere triunfar también en el cine “convencional”, pero es marcada de por vida (morirá muy joven debido a un tumor). Cicciolina, en cambio, se convierte en diputada del Partido Radical en 1987, casándose posteriormente con el artista multimillonario estadounidense Jeff Koons, mientras que Schicchi se casa con Eva Henger, manteniéndola alejada de las cámaras y de los miembros masculinos, al menos durante un tiempo. Para él, se trata de una huida continua de la justicia (rodar películas porno en Italia se consideraba explotación de la prostitución, así que se fue a Hungría) y de malas decisiones que acabarían enterrándolo en deudas, quizá debido a las crisis glucémicas provocadas por la diabetes, que acabó con su vida a los 59 años.

Los continuos flashbacks y flashforwards embotan la mente del espectador, que se pierde en un mar de episodios y referencias que no siempre resultan interesantes. ¿Era Schicchi un revolucionario de la sexualidad o un simpático charlatán que explotaba a las mujeres? La película de Steigerwalt no adopta una posición clara. Aunque aporta algunos indicios de juicio moral (en un momento dado, la secretaria dice: “¿No cree que hemos contribuido a todo esto?”, refiriéndose al porno masculino dominante, marcado por la sumisión, la violencia y la humillación), la cinta deja que el espectador decida el veredicto. Sin duda, se trata de un ejercicio de arqueología, de una mirada distraída a un país que se debate entre el moralismo intransigente y la “transgresión”. Después de Almudena Grandes, las guerras feministas del sexo (con el debate interno entre abolicionistas, feministas antiporno y pro-sexo, sobre las formas en que algunas prácticas sexuales pueden contribuir o no a la emancipación de la mujer), hoy sabemos que el porno puede ser ético, con un enfoque más cercano a las nuevas sensibilidades, en una esfera del entretenimiento que se ha hecho inevitablemente omnipresente y popular.

Diva Futura es una producción de Groenlandia y PiperFilm junto a Rai Cinema, en colaboración con Netflix.

(Traducción del italiano)

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