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TORONTO 2024 Centrepiece

Crítica: Crocodile Tears

por 

- El primer largometraje del indonesio Tumpal Tampubolon es un inventivo y peculiar acercamiento al amor de una madre asfixiante, que acaba siendo una forma de locura no diagnosticada

Crítica: Crocodile Tears
Zulfa Maharani (izquierda) y Yusuf Mahardika en Crocodile Tears

Un chiste cínico entre mujeres sugiere que, si una mujer quiere al hombre perfecto en su vida, debería criarlo ella misma. Esto es exactamente lo que intenta el personaje de la madre, Tumpal Tampubolon en Crocodile Tears, con la esperanza de mantener para ella misma su “creación” para siempre. Tal y como Tampubolon nos dio a entender en sus declaraciones como director, “crocodile tears” se refiere al fino equilibrio entre el agarre protector y dañino de las mandíbulas de un cocodrilo hembra mientras lleva a sus hijitos, una actividad que a menudo implica derramar lágrimas. Y la metáfora refleja directamente el amor maternal, que al mismo tiempo protege y muerde. Pero el destino siempre tiene la última palabra a la hora de restablecer la justicia, y es la desviación de los planes de la madre lo que fomenta la intriga de la trama. Visualmente impactante y psicológicamente cruel (o puede que al revés), Crocodile Tears se balancea entre el borde del espanto y el aborrecimiento mientras hurga cuidadosamente en las capas del subconsciente. Actualmente, se proyecta en la sección Centrepiece del Festival de Toronto, un programa que celebra logros cinematográficos mundiales.

La escena inicial muestra a Johan (Yusuf Mahardika), un veinteañero, masturbándose en secreto con prisas, a riesgo de ser descubierto por su madre (Marissa Anita). Llevan una solitaria existencia en una granja de cocodrilos en Java, alimentando a los reptiles en un ritual diario espectacular con pollos recién matados y sin desplumar y, organizando espectáculos esporádicos para turistas durante el día. Durante la noche, duermen en un estrecho abrazo matrimonial. Su extraña forma de ganarse la vida les ha dado una reputación de bichos raros en la zona, y circulan rumores de que la madre mató a su marido y alimentó a los cocodrilos con sus restos. La única persona que no se cree estos horribles cotilleos es Arumi (Zulfa Maharani), una solitaria recién llegada que trabaja en un bar turbio de karaoke. Ella toma al tímido Johan bajo su protección, le introduce en el mundo exterior y le inicia en secretos eróticos. Sin embargo, cuando su madre descubre su romance, se origina un frenesí de celos que desencadena en la pura locura, sobre todo cuando se descubre que Arumi está embarazada. Cuando la futura novia se instala en la granja, se forma un peligroso triángulo en el que una de las dos mujeres debe ser eliminada.

Las relaciones incestuosas (literal y metafóricamente) que pueden surgir fácilmente entre madre e hijo han fascinado a los narradores a lo largo de la historia, desde la mitología griega hasta en películas como Madre e hijo (1997), de Aleksandr Sokurov, y Mommy [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
(2014), de Xavier Dolan, por citar algunas. Sin embargo, Tumpal Tampubolon consigue encontrar un enfoque original a través del cual despliega otra fábula sobre un vínculo doloroso y amoroso entre una madre solitaria, que ha convertido a su hijo en el centro de su mundo y no le permite tener una vida adulta, a dicho hijo. La llamativa obsesión de la madre es ferozmente expresiva, como en una tragedia griega, y su naturaleza monstruosa se complementa con el entorno, un ambiente apropiado para traer a cualquier demonio a la superficie. La inusual elección del contexto, situado entre el realismo mágico y la realidad actual de Indonesia, donde los ataques de cocodrilos a personas, por ejemplo, no son raros en las noticias locales, aporta elementos únicos que dan a la historia un toque de cuento de hadas, preservando al mismo tiempo un fuerte sentido de autenticidad.

Crocodile Tears es una producción indonesia de Talamedia y E-Motion Entertainment y, en coproducción con Acrobates Films (Francia), Poetik Film (Francia), Giraffe Pictures (Singapur) y 2Pilots Filmproduction (Alemania). Cercamon gestiona sus ventas internacionales.

(Traducción del inglés por Paula López Pastor)

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