SAN SEBASTIÁN 2024 Horizontes Latinos
Crítica: Quizás es cierto lo que dicen de nosotras
por Olivia Popp
- Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra firma una ópera prima con este inquietante y críptico antídoto a los true crime hipersensacionalistas inspirados en hechos reales

Pasen los años que pasen, hay una pregunta que nunca dejamos de hacernos: ¿cómo podemos hacer para enfrentarnos, tanto desde una perspectiva comunitaria como desde una individual, al producto irresoluble de los grandes traumas que sufrimos? La explotación de las historias de asesinatos, agresiones y otros atentados contra la integridad física se ha vuelto tan dominante que ha llevado a una comercialización extrema de estas historias. El debut en la dirección de Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra nos desafía al ofrecernos una nueva versión de una historia clásica de culto de la que únicamente conserva el esqueleto del género, pero en el mejor de los sentidos, y es que Quizás es cierto lo que dicen de nosotras sustituye los detalles brutales y espeluznantes por una vertiente mucho más personal, de modo que nos brinda un antídoto a través del que por fin contrastar los true crime tan sumamente sensacionalistas. La película, que ha sido escrita y dirigida por el dúo, se ha estrenado a nivel mundial en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián.
En un día aparentemente normal, la psicóloga Ximena (Aline Küppenheim) y su hija menor Ada (Julia Lübbert) llegan a casa y se topan con la inesperada presencia de Tamara, o Tami (Camila Roeschmann), que hacía ya mucho tiempo que no pasaba por casa. Ha roto una ventana para entrar, y se permite el lujo de quitarse las gafas de sol durante la cena familiar, comportándose como si no hubiera pasado nada, a pesar de las misteriosas llamadas telefónicas y la visita de la policía. Nos enteramos de que su “novio” Raúl es en realidad el líder de una secta en la que abusó de muchas jóvenes, las cuales finalmente consiguieron escapar. El caso del bebé desaparecido de Tami se convierte rápidamente en el centro de una investigación sobre la secta, lo que obliga a la familia a hacer frente a todo lo que habían estado barriendo debajo de la alfombra.
Quizás es cierto lo que dicen de nosotras, cuyo director de fotografía no es otro que Manuel Rebella, se mantiene lo más alejada posible del ángulo espectacular, incluso en términos de la gradación del color, que, con su paleta de fríos azules y grises, transmite la impresión de que hay algo aún más siniestro cociéndose a fuego lento. Lejos de resultar aburrido, este aspecto refleja una realidad profundamente sórdida en la que no hay final feliz posible. A veces, la forma en que la cámara de Rebella se adentra en la vida de los personajes da a ciertos pasajes un aire de vídeo casero, como si estuviéramos viendo algo completamente crudo y sin filtrar.
Ximena quiere desenterrar la verdad en la misma medida que Tami quiere enterrarla, pero la película no nos deja en ningún momento entrar en la cabeza de ninguna de las dos lo suficiente como para conocer la historia completa, de modo que da la ligera impresión de que se trata de dos narradoras poco fiables. A través del guion, los codirectores dejan al espectador con una sensación de inquietud al final de la película, y es que, al igual que ocurre en la vida, nunca sabremos con certeza todo lo que ocurrió, nunca conoceremos la “verdad”. Gómez y Becerra eliminan juiciosamente todos los elementos argumentales llamativos que suelen encontrarse en este tipo de historias con el fin de mostrar las partes más humanas, dejando el resto a la imaginación. Con la excepción de una escena crucial del juicio, no se explotan en ningún momento los detalles francamente despreciables de lo que ocurría dentro de la secta, lo cual constituye una prueba irrefutable de la confianza que los guionistas tienen en el público, así como del gran respeto por la integridad de sus personajes como para volver a traumatizarlos con los hechos —todo en aras del entretenimiento del espectador—. Al fin y al cabo, se trata de un drama familiar, no de un festival del terror, y hay un momento y un lugar para todo.
Quizás es cierto lo que dicen de nosotras ha sido coproducida por la española B-Mount Film, las chilenas Storyboard Media y La Jauría Comunicaciones, y las argentinas Murillo Cine y Morocha Films. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Meikincine Entertainment.
(Traducción del inglés)
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