Crítica: Bring Them Down
por Manuela Lazić
- El resentimiento y el paternalismo llevan a una creciente y absurda violencia en el prometedor primer largometraje de Christopher Abbott, protagonizado por Christopher Abbott

Tras estrenarse en la sección Special Presentations del Festival de Cine de Toronto y proyectarse en varios festivales estadounidenses, la ópera prima de Christopher Andrews, Bring Them Down, ha tenido su estreno europeo en la competición del Dinard Festival of British & Irish Film. A finales de este mes, se proyectará también en el Festival BFI de Londres.
Escrita por el propio Andrews, la película se adentra en el género del thriller para narrar una historia de conflictos familiares, luchas económicas y violencia patriarcal. La estilizada secuencia inicial nos presenta indirectamente a uno de los dos protagonistas: en un coche que atraviesa el bosque a toda velocidad, una mujer de mediana edad (Susan Lynch) habla con su hijo Michael, que va al volante, y le da malas noticias. Entonces no vemos su rostro, pero sabemos que su reacción tendrá consecuencias devastadoras. Años más tarde, Michael O'Shea (el actor estadounidense Christopher Abbott, que adopta de forma impresionante el acento y el idioma irlandeses) vive con su padre Ray (Colm Meaney), un hombre enfermo e irascible, y se ocupa de la granja familiar. Su situación es difícil, al igual que su relación con sus vecinos y compañeros granjeros, Gary (el gran Paul Ready, a quien vimos recientemente en la serie The Terror) y su hijo Jack (Barry Keoghan). Gary está ahora casado con Caroline (Nora-Jane Noone), la antigua novia de Michael, que aún lleva las marcas de aquel fatídico día en que todo salió mal.
Andrews nos hace partícipes del punto de vista de Michael cuando las cosas empiezan a torcerse de nuevo. El granjero se esfuerza por mantener la calma cuando ve que alguien ha destrozado la verja de la propiedad de su padre, y cuando descubre que, aparentemente, Gary ha robado dos de sus carneros y ha intentado venderlos en el mercado, empieza a planear su venganza. La tensión más o menos latente entre las familias empieza a salir a la superficie, pero Andrews todavía no ha presentado a sus personajes con la suficiente profundidad como para que sus enfrentamientos y las miradas amenazadoras que intercambian tengan mucho impacto, por lo que la primera media hora de la película no consigue captar nuestra atención.
Es en el segundo acto cuando el ingenioso enfoque de Andrews se revela y empieza a dar sus frutos. El cineasta cambia entonces a la perspectiva de Jack y nos hace retroceder en el tiempo hasta el comienzo de esta serie de acontecimientos, revelando detalles cruciales que alteran nuestras ideas iniciales: Gary solo derribó la verja después de que Ray se negara obstinadamente a dejarles pasar, y fue la preocupación de Jack por su propia familia, que sufría bajo el peso de las dificultades económicas, lo que le empujó al deplorable camino de la venganza. De repente, lo que parecían actitudes innecesariamente frías y violentas por parte de todos los hombres implicados parecen ser el resultado de un miedo endémico al abandono, un deseo de parecer fuertes y una incapacidad para mostrar remordimientos. Finalmente, Andrews hace que sus personajes sean mucho más accesibles y entrañables a pesar de sus defectos, con Keoghan y Ready demostrando una gran sensibilidad y sutileza en sus interpretaciones de la masculinidad frágil.
Sin embargo, esta impresionante oleada de sentimientos llega un poco tarde, y uno se pregunta si podría haber puesto de relieve el absurdo, a veces cómico, de la violencia que estos hombres se infligen unos a otros si hubiera tenido más espacio para expresarse. El trabajo de cámara de Nick Cooke también parece bastante accidental por momentos, cuando podría haber ayudado a dar forma a esta narración inteligentemente construida en una impactante red de perspectivas al estilo de Rashomon. Con todo, Bring Them Down sigue siendo una ópera prima prometedora, especialmente por su guion, que subvierte el género del thriller para situar los sentimientos humanos en el centro.
Bring Them Down es una coproducción entre Irlanda, Reino Unido y Bélgica, producida por Tailored Films, Wild Swim y Frakas Productions. Charades se ocupa de las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
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