Crítica: Luna
por Olivia Popp
- La película de Alfonso Cortés-Cavanillas sobre una tripulación de astronautas perdida en el espacio es un trabajo honesto que no brilla a nivel técnico pero cuenta con algún logro cinematográfico

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ficha de la película], dirigido por Alfonso Cortés-Cavanillas, ha tenido su estreno mundial en la sección oficial Fantàstic del Festival de Sitges. Dada la demanda del público por una ciencia ficción “creíble” y realista, Luna se enfrenta sin duda a un desafío considerable frente al presupuesto de 100 millones de dólares de Gravity. Pero Cortés-Cavanillas toma la iniciativa y apuesta fuerte, aunque se ve limitado por un guion excesivamente enrevesado y unos efectos especiales poco convincentes. A pesar de ello, logra demostrar que posee un brillante estilo cinematográfico y un talento como director capaz de hacer mucho más.
Un grupo de astronautas (un elenco de grandes actores españoles que incluye a Marian Álvarez, Greta Fernández, Asier Etxeandia y Roberto Álamo) se embarca en una expedición privada para fotografiar un cometa. Sin embargo, quedan varados en la Luna después de que un fragmento del cometa impacte en la Tierra, cortando todas las comunicaciones. Cuando reciben el primer golpe con escombros, comienzan a quedarse sin oxígeno. Por ello, deben trabajar juntos para poder encontrar una manera de sobrevivir, aunque las tensiones internas y los desacuerdos sobre qué hacer complican aún más la situación. La película se estructura en capítulos según las fases de la Luna (cuarto creciente, luna nueva…), indicando que cada sección transcurre en tres o cuatro días, sumando un total de varias semanas.
El guion de Jorge Navarro de Lemus, Elena Mayra y Cortés-Cavanillas depende en gran medida de complejas secuencias de diálogo, lo que arruina el sentido original de inquietud de la película, en lugar de permitir que la naturaleza abrumadora del vacío cobre protagonismo. Algo que la película podría haber tomado de Gravity es centrarse más en sus dimensiones humanas, dando a los actores talentosos más oportunidades para brillar en los momentos de silencio y angustia, y, ahí es precisamente cuando Luna funciona mejor.
Con el limitado presupuesto de la película, el director trata de representar la física del movimiento de los astronautas bajo la gravedad lunar, lo que a veces hace que la película pierda credibilidad. En definitiva, lo que hace que Luna se salve es el estilo visual del director, quien realiza un excelente trabajo en el uso del claroscuro. Los astronautas, vestidos con trajes blancos brillantes, contrasta con la oscuridad del espacio. Los trajes espaciales equipados con lámparas tipo faro en los cascos, diseñados por Ana Locking, mantienen los rostros visibles e iluminan (solo lo necesario), dejando que el resto se disuelva en la oscuridad y, que los personajes permanezcan en los trajes durante toda la película.
Cortés-Cavanillas, quien ejerce de camarógrafo junto al director de fotografía Eduardo Mangada, enmarca en un primer plano los rostros de los personajes (sin el casco del traje espacial) sobre un fondo negro para crear una sensación de aislamiento extremo en una especie de efecto retrato. El director también utiliza en su favor el diseño de sonido de David Doubtfire, donde los sonidos de las comunicaciones de los astronautas y sus suaves voces ahogadas en el ruido blanco de las radios de los trajes espaciales crean una atmósfera sonora en la que siempre parece que algo esté a punto de suceder.
Luna alcanza su mayor afectividad emocional cuando Cortés-Cavanillas se olvida más o menos de representar una réplica convincente de la Luna, centrándose, en su lugar, en el existencialismo de la situación y haciendo hincapié en los aspectos que hacen que la película se parezca más a una obra de teatro. Las dramáticas imágenes muy abiertas de los astronautas, que parecen puntos débiles y brillantes sobre la superficie de la Luna, son más que suficientes para resaltar la precariedad de su situación y la abrumadora inmensidad del espacio.
Luna es una producción española de La Caña Sisters en colaboración con La Caña Brothers.
(Traducción del inglés por Paula López Pastor)
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