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GANTE 2024

Crítica: Milano

por 

- Christina Vandekerckhove dirige una conmovedora historia protagonizada por un adolescente con discapacidad auditiva y su padre, a veces superado por la situación

Crítica: Milano
Basil Wheatley y Matteo Simoni en Milano

El Film Fest Gent estrena a nivel mundial Milano [+lee también:
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, la primera película de ficción de la cineasta flamenca Christina Vandekerckhove, en una proyección especial. La directora, activa en el teatro y en la televisión, llamó la atención en 2017 con su documental Rabot [+lee también:
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, que le reportó, entre otros galardones, el Premio del público en el Film Fest Gent y el Ensor al Mejor Documental.

En Milano explora la relación compleja entre un padre y su hijo. Milano (Basil Wheatley) es apenas un adolescente. Con problemas de audición, parece vivir en su propio mundo, parcialmente desconectado de los demás, incluido su padre Alain (Matteo Simoni). Aunque el amor que los une es innegable, hay una distancia que los separa. Esa distancia puede deberse a una ausencia, la madre de Milano, una joven perdida que abandonó la paternidad desde muy joven. Por su parte, Alain se esfuerza al máximo para salir adelante, realiza múltiples trabajos con la determinación de que su hijo tenga una vida mejor que la suya, llegando incluso a agotarse por completo.

Sin embargo, la mera voluntad no siempre basta para escapar del entorno que te rodea. En busca de una figura materna que se le niega, Milano se refugia en Renée (Alexia Depicker), una cuarentona soltera y sin hijos, con dinero pero pobre de amor, que ve en el joven un medio para llenar su solitaria rutina.

En el exterior, los elementos rugen y se desata una tormenta mientras el drama se intensifica. Ante traumas tan profundos, ¿cómo encontrar la resiliencia? ¿Cómo persuadir a Milano de superar el mutismo al que se somete, ¿y quien desespera a su padre? El guion presenta elementos dramáticos (un tráfico de drogas, un joven vecino cruel, un pequeño perro que se convierte en refugio para Milano) que sugieren la inexorabilidad del destino. El personaje de Renée, cuya relación con Milano y su padre nunca se clarifica del todo, subraya de manera un tanto marcada al destino social que parece condenar a Milano de antemano, y el contraste entre su entorno y el de Renée roza un cierto miserabilismo.

Aun así, destaca el retrato que el filme hace de Milano y la forma en que permite acceder a su mundo sensorial mediante la representación en pantalla de su sordera, gracias a un diseño sonoro que en algunas escenas capta la realidad del chico cuando se quita las prótesis auditivas que filtran el sonido. También sobresale la destacada actuación del joven Basil Wheatley, en su primera película acompañado eficazmente por Matteo Simoni, siempre preciso, y Alexia Depicker, igualmente convincente, que dan vida a sus relaciones, a pesar de los estereotipos sobre las diferencias de clase social que los separan.

Milano es una producción de Lunanime (Bélgica), en coproducción con Bastide Films (Países Bajos) y et Dragons Films (Bélgica). Las ventas internacionales están a cargo de Best Friend Forever. La película se estrena el 6 de noviembre en Bélgica, distribuida por Lumière.

(Traducción del francés por Tiffany Diago Navarro)

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