Crítica serie: Celeste
por Alfonso Rivera
- Con la complicidad de Carmen Machi y la dirección de Elena Trapé, Diego San José demuestra que el humor no está reñido con la profesión, ni mucho menos con el reguetón
Presentada en el Velódromo del último Festival de San Sebastián y en la plataforma española Movistar Plus+ el 14 de noviembre, Celeste [+lee también:
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ficha de la serie] es una serie que, calladita y sin hacer ruido –no como otras mucho más histéricas de esta temporada–, consigue algo tan mágico como conquistar el corazón, la complicidad y la sonrisa del espectador con cada nuevo capítulo. Y hablamos de seis, de sólo 30 minutos. Suficientes para caer todos rendidos ante el talento de su creador, Diego San José (su nombre está detrás no solo de taquillazos como Ocho apellidos vascos [+lee también:
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ficha de la película], sino también de series como Vota Juan, Vamos Juan y Venga Juan [+lee también:
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ficha de la serie]), la dirección de Elena Trapé (de actualidad con Yo, adicto [+lee también:
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ficha de la serie], también estrenada en Donosti) y la encarnación que hace Carmen Machi del personaje central, con la que consigue superar su labor en las recientes Cerdita [+lee también:
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Pues no resulta fácil seducir al espectador cuando eres Sara Santano, una tipa tan gris, sin alegría vital y casi ni amigos… y para más inri la mismísima encarnación de la pesadilla recurrente para la mayoría de los españoles: una señora inspectora de hacienda, esa misma que si llama a tu puerta no podrás escapar por ninguna ventana.
Como no podrá hacer la Celeste del título, una estrella de la música latina (encarnada por la artista mexicana Andrea Bayardo e inspirada en el caso real de la cantante colombiana Shakira y sus problemas con el erario español) que cae bajo su escrutinio porque, durante el último año, no pagó sus impuestos en este país que tanto la quiere. Ahí tendrá que demostrar la seria, mustia y antipática heroína de esta ficción que la celebridad estuvo viviendo en esta piel de toro durante al menos la mitad del año más un día… y pagar los 20 millones de euros que le corresponden, acorde con sus ganancias pantagruélicas a base de conciertos masificados, publicidad omnipresente y venta de sus productos cosméticos.
Así, la buena de Sara, que estaba a punto de jubilarse, resurge de sus cenizas espoleada por esta tarea imposible y, sin miedo, se enfrenta a su enemiga con la determinación de una búfala, alimentada con años de experiencia hurgando entre las facturas ajenas. En esa investigación, en la que se aliará hasta con un paparazzi (que interpreta con picardía un entregado Manolo Solo), demostrará (o no, mejor vean la serie) que Celeste ha vivido aquí lo suficiente para tributar como todo hijo de vecino, irá descubriendo no sólo aspectos ocultos de la diva del reguetón, sino –en paralelo con su propia y anodina vida de viuda triste, retraída y oscura– nuevas maneras de encauzar sus días a partir de ahora.
Con diálogos de quitarse el sombrero (el guion lo firman San José, Daniel Castro y Oriol Puig), situaciones reconocibles a la par que desternillantes y una dirección enfocada en los excelentes intérpretes, esta serie que combina armoniosamente la comedia y el thriller demuestra además que ni la fama ni el dinero aseguran la felicidad, que hasta la más divina construye su envidiado personaje consumible y que no importa la edad que una tenga para cambiar no sólo de peinado, sino de actitud.
Celeste es una serie original Movistar Plus+ en coproducción con 100 Balas (The Mediapro Studio). De su externalización se ocupa The Mediapro Studio Distribution.
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