Crítica: Io e il Secco
por Fabien Lemercier
- El italiano Gianluca Santoni debuta con una emocionante ópera prima que mezcla con habilidad lo suave y lo áspero al tratar el tema de la violencia de género desde un original ángulo
“Tengo que salvar a una persona a la que quiero mucho. —¿De quién? —De un hombre malo”. Es muy probable que tu primera reacción al escuchar algo así de un niño de 10 años sea, naturalmente, esbozar una sonrisa ante su ingenuidad, pero unas declaraciones de este tipo pueden ser también motivo de seria preocupación. Es precisamente entre estos dos estados de ánimo de comedia y drama, y en la línea de una sorprendente buddy movie, entre los que se mueve con soltura Io e il Secco, la ópera prima del director italiano Gianluca Santoni, que se ha proyectado en la sección Descubrimientos europeos del 25.º Arras Film Festival tras recibir el año pasado una mención especial en la sección Alice nella città de la Fiesta del Cine de Roma.
“—Tienes tres marcas en la cara y la muñeca rota. —Es que me caí. —Entonces deberías tirar esa alfombrilla de baño, podría ser peligrosa también para tu hijo”. En urgencias, nadie tiene dudas sobre el origen de las lesiones de Maria (Barbara Ronchi), ni siquiera su joven hijo Denni (Francesco Lombardo), que sabe exactamente de lo que es capaz su padre (Andrea Sartoretti) y sueña con hacerle pagar la violencia que inflige regularmente a su madre. Pero, ¿cómo va a poder solucionar todos estos problemas como un adulto si solo es un niño de 10 años de una pequeña ciudad de la costa adriática? El introvertido Denni se siente aún más dolorosamente impotente al ver que su madre no hace nada para cambiar su situación (“Papá se pondría triste si le abandonáramos. Te quiere mucho”). Pero se le ocurre una idea cuando una niña del barrio le revela por accidente que su primo es un “superasesino”. Denni roba entonces 500 euros de la caja fuerte del almacén de su padre y propone un contrato a Secco (Andrea Lattanzi, ya visto en Manuel [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película]), un joven delincuente ocioso del barrio que nada tiene que ver con el perfil de asesino que Denni tenía en mente, pero muy interesado en la idea de ganar algo de dinero. Entre el amable falso asesino que finge seguirle el juego y el chico que le encarga, a la vez tremendamente comprometido con la causa y relativamente ingenuo —pero tampoco del todo—, nace una sorprendente relación de negocios y una creciente amistad (“si no sabes nadar, tienes que aprender a flotar”) que entraña un sinfín de riesgos...
La película, que se desarrolla a caballo entre el amargo realismo social de su tema y la historia llena de ternura que implica el hecho de tratarse de una “buddy movie”, logra encontrar un preciso equilibrio entre varios géneros. Las desventuras de Denni y Secco (con ambos personajes interpretados a la perfección) resultan a menudo divertidas sin que la trama (con un guion escrito por el director junto con Michela Straniero) pierda en ningún momento su esencia dramática presente (violencia doméstica) ni potencial (asesinato), en una atmósfera de grisura invernal captada por el director de fotografía serbio Damjan Radonovic. El conjunto constituye una ópera prima a la vez sencilla y magistralmente controlada, una película que convierte a Gianluca Santoni en un cineasta cuya próxima obra esperamos ya con impaciencia.
Io e il Secco ha sido producida por la italiana Nightswim y coproducida por sus compatriotas Sajama Films y RAI Cinema, así como por la croata Antitalent. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Minerva Pictures International en colaboración con TVCO.
(Traducción del francés)
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.