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SEVILLA 2024

Crítica: Prefiro condenarme

por 

- La cineasta gallega Margarita Ledo Andión sigue explorando con una sensibilidad extrema y una agudeza intelectual que le son propias historias femeninas del pasado que marcan el presente

Crítica: Prefiro condenarme
Melania Cruz en Prefiro condenarme

El cine de Margarita Ledo Andión es siempre un ejercicio profundo y radical de memoria. La cineasta disfruta rescatando historias del pasado poco exploradas e iluminándolas con la luz del presente. Esto dota a los relatos que la cineasta construye de una complejidad evidente que enriquece sus películas y las convierte en artefactos en los que la narración histórica, la reflexión política y filosófica, el retrato íntimo y la expresión artística multidisciplinar se conjugan dando como resultado un todo único y fascinante. En Prefiro condenarme, película estrenada el 22 de noviembre en las salas de cine españolas de la mano de Atalante tras recibir una mención especial en la sección Nuevas Olas del Festival de Cine Europeo de Sevilla, la atención está puesta en Sagrario Ribela Fra, una mujer que se ganó la vida marisqueando en la ría de Ferrol, en el noroeste de Galicia. La historia de esfuerzo y sacrificio de Sagrario es similar a la de muchas mujeres gallegas, con la particularidad de que en su caso tuvo que hacer frente a un juicio por adulterio durante los últimos años de la dictadura franquista.

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La película se abre con unas imágenes que remiten a la primera mitad del siglo XX, en ellas se ven a mujeres capturando percebes, aferradas con pies y manos a unas rocas golpeadas sin cesar por un mar bravo. La destreza física y la capacidad de resistencia de las mariscadoras impresiona y emociona. El mismo efecto consigue la voz de Mónica de Nut inmediatamente después, sola ante un micrófono canta emitiendo gritos agudos y potentes, un canto que es una proeza de técnica vocal pero también una especie de reclamo que apela a las emociones humanas más viscerales. Y en este equilibrio entre un discurso más intelectualizado y un relato popular universal es donde Prefiro condenarme encuentra su razón de ser. La película se revela como un fresco deslumbrante en el que imágenes de archivo, testimonios orales de su protagonista, conversaciones con actrices, fragmentos interpretados por esas mismas actrices y performances musicales y poéticas se entrecruzan, dotando de profundidad a un relato ya de por sí complejo.

A través de la historia de Ribela Fra descubrimos realidades que eran relativamente cotidianas para las mujeres durante la dictadura de Franco y que, a pesar de que siguen teniendo eco en un presente en el que la violencia sistémica contra las mujeres está lejos de erradicarse, son poco conocidas para la mayoría a día de hoy. Es el caso del adulterio, despenalizado en España en 1978, del que se podía acusar sin pruebas a cualquier mujer y que no existía para el hombre, que solo podía ser acusado de amancebamiento y siempre con pruebas. Es destacable el esfuerzo que la película hace por no ser simplista ni maniquea. Cuando cuenta la difícil relación de Sagrario con su madre, que la abandonó en numerosas ocasiones, huye del relato de la mujer débil y eterna víctima, y muestra a una mujer independiente hasta el punto de no tener en cuenta ni a su propia hija. Lo mismo ocurre a la hora de contar la experiencia de Sagrario con los hombres, además de mostrar la crueldad y la violencia recibida por parte de su marido, la película cuenta con mucha ternura los momentos de felicidad que Rosario vivió con su amante, un hombre bueno y "digno de querer".

En definitiva, Prefiro condenarme es un trabajo emocionante, inteligente, sensible y valiente. Ledo Andión lleva con maestría la batuta de un coro en el que la voz protagonista de Sagrario harmoniza con las de artistas como las actrices Mónica Camaño, Melania Cruz e Iria Piñeiro; la cantante Mónica de Nut; los artistas plásticos Maruja Mallo y Ricardo Segura Torrella; las poetas Luisa Villalta y Eva Veiga o la música Carme Rodríguez. El resultado es una obra rica en matices que ofrece un retrato honesto, justo y lleno de amor por su protagonista.

Prefiro condenarme es una producción de Nós Productora Cinematográfica Galega.

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