PELÍCULAS / CRÍTICAS Bulgaria / Finlandia
Crítica: Geri’s Wish
por Mariana Hristova
- El octavo documental de Tonislav Hristov sigue a una joven a punto de convertirse en adulta abandonada por su madre, que ya ha vivido una multitud de retos en su vida

Las películas sobre orfanatos y niños sin cuidados parentales en Europa del Este, especialmente en los años posteriores a la caída del Muro de Berlín, han girado principalmente en torno a las miserables condiciones de vida y la incapacidad del Estado para proporcionar siquiera un apoyo financiero básico a estos niños. Resulta evidente que, al menos en lo que respecta a este ámbito, se han logrado avances sociales evidentes, y prueba de ello es Geri's Wish, la reciente ganadora del máximo galardón en el 28.º Festival de Cine del Ritón de Oro, que narra la historia de una chica que, aunque creció con su hermanastro y sin padres, no presenta el bienestar material como un problema. Sin embargo, justo antes del momento de poder liberarse de la tutela institucional, estos dos jóvenes se dan cuenta de que nadie los apoyará en adelante, por lo que su destino pasa a depender única y exclusivamente de ellos mismos. El director Tonislav Hristov, que se centra más en Geri que en su hermanastro, opta por seguir el breve y decisivo período previo al examen final de su escuela que determinará su futuro.
Los hechos tienen lugar en Vratsa (lugar de nacimiento de Hristov), una ciudad rodeada de un vertiginoso terreno montañoso y caracterizada por antiestéticos edificios grises. Geri, de diecinueve años, va a una escuela en la que los profesores parecen apoyarla y comprenderla, sale con frecuencia a pasear con su mejor amiga y estudia normalmente en su habitación. Suele ir bien vestida y desprender un comportamiento alegre, pero a través de sus conversaciones con los que la rodean y sus monólogos a la cámara, uno no tarda en darse cuenta de que se ha visto obligada a superar bastantes más obstáculos de los que muchas mujeres de mediana edad podrían imaginar. A base de alternar entre material recién filmado y material de archivo que muestra los momentos de soledad de una serie de niños que se duermen en sus cunas sin el cuidado de sus padres, Hristov, que también ejerce de montador de la película, no solo crea una narración, sino que también intenta reconstruir la esfera emocional del período en torno al octavo cumpleaños de Geri, aquel en el que su madre la abandonó, probablemente debido a la violencia de un padre maltratador.
Más tarde, separaron a Geri de su hermano y la enviaron a una casa de acogida, donde recibió un tratamiento excesivo para la epilepsia con el fin de que la familia pudiera beneficiarse de los subsidios, una realidad espantosa que su madre citó de forma poco convincente como motivo para no renunciar nunca a la patria potestad y permitir que fuera adoptada. Durante su adolescencia, Geri inició una relación tóxica con un chico mayor que ella, Nicky, cuyas acciones delictivas le llevaron a la cárcel. Ahora, mientras se prepara para la ceremonia y el baile de graduación, Geri se ve obligada a hacer frente a una nueva amenaza: Nicky, que acaba de salir de prisión, pretende llevársela a Alemania, lo cual pondría en peligro los planes de la joven de ir a la universidad en Bulgaria.
Con la excepción de los comentarios por parte de una de las profesoras, de la que Geri recibe atención personalizada y a través de la cual se critica al Estado por su incapacidad para obligar a los padres negligentes a dar a sus hijos en adopción permanente, la película constituye una observación más que un análisis, y el objetivo es que el público saque sus propias conclusiones. Este enfoque no hace sino liberarla del tono sentencioso que a menudo se cuela en historias similares.
Sin embargo, aunque la realidad representada en Geri's Wish es incuestionable, muchas escenas parecen artificiales, y los diálogos —en particular los que mantienen los jóvenes participantes— dan la impresión de estar diseñados para encajar en situaciones preestablecidas. Por un lado, este enfoque explica la alta productividad de Hristov, quien, aparentemente, no espera que las situaciones se desarrollen de forma natural, sino que las provoca. Por otro lado, plantea cuestiones más amplias sobre la naturaleza del cine documental, donde la captación auténtica de la realidad, que a menudo se trata de justificar mediante el concepto de formas “híbridas”, se ve cada vez más comprometida.
Geri's Wish es una coproducción entre la búlgara Soul Food y la finlandesa Making Movies.
(Traducción del inglés)
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