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PELÍCULAS / CRÍTICAS Luxemburgo / Italia / Austria

Crítica: The Mariana Trench

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- El primer largo de Eileen Byrne es una road movie que explora temas como el dolor y la pérdida, con toques de humor surrealista y una buena química entre los dos protagonistas

Crítica: The Mariana Trench
Edgar Selge y Luna Wedler en The Mariana Trench

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, la ópera prima de la directora Eileen Byrne, es una road movie que explora temas tan profundos como el sufrimiento, la pérdida y la culpa. La cineasta luxemburguesa se graduó en la HFF de Múnich con Touch Me, un cortometraje que abordaba el impacto de un diagnóstico de cáncer de mama en la relación de una mujer con su pareja y que tuvo una gran acogida debido a su intensidad. The Mariana Trench, que está basada en el bestseller homónimo de Jasmin Schreiber, gira en torno al viaje de dos personajes aparentemente incompatibles: Paula, interpretada por la joven actriz suiza Luna Wedler (Shooting Star en 2018), y Helmut, encarnado por uno de los actores temperamentales más reconocidos de Alemania, Edgar Selge (de 76 años, conocido principalmente en su país por su papel como el inspector Tauber en la serie Polizeiruf 110).

La historia se desarrolla a caballo entre el drama y la comedia, a través de una serie de acontecimientos que obligan a los protagonistas a hacer frente a su dolor y a encontrar un consuelo inesperado el uno en el otro. A Paula le invade el sentimiento de culpa tras la muerte de su hermano pequeño Tim (Willie Vonnemann), que se ahogó en Trieste mientras ella estaba distraída. Como consecuencia, la joven ha abandonado sus estudios de biología marina y se ha aislado del mundo ante la incapacidad de superar el duelo. El encuentro entre ella y el excéntrico Helmut se produce mientras visitaba la tumba de Tim en plena noche en un cementerio. El anciano le pide ayuda para desenterrar la urna con las cenizas de su exesposa Helga y llevarlas al Tirol del Sur, donde vivieron juntos. Tras huir del cementerio, Paula obliga al hosco Helmut a llevarla en su vieja caravana hasta Italia, pues quiere llegar a Trieste para el cumpleaños de su hermano. Durante el viaje, Paula descubre que Helmut sigue obsesionado con la muerte de su único hijo, que falleció 50 años antes en circunstancias muy similares a las de Tim.

A pesar de las diferencias generacionales y de carácter entre ambos, y a través de conflictos y momentos de intimidad en los que tratan de enfrentarse a sus traumas, los dos desarrollan una conexión sumamente profunda. La química entre los actores resulta evidente, de modo que contribuye a hacer creíble la evolución de su relación. La interpretación de Luna Wedler es intensa y convincente, por lo que logra transmitir la profundidad del dolor y la complejidad emocional de su personaje y hace tangible su lucha interna. Edgar Selge, por su parte, ofrece una interpretación matizada de un hombre vulnerable que oculta sus heridas tras una fachada de cinismo. El viaje por carretera funciona como una metáfora del proceso interior de los protagonistas, y las secuencias en ruta se complementan a la perfección con momentos de humor surrealista, como cuando las cenizas de la difunta Helga terminan en la cara de Paula (en un guiño a El gran Lebowski, de los hermanos Coen) o cuando un grupo de nudistas aparece para bañarse en el lago donde Helmut conoció a su esposa y donde acaba de esparcir sus cenizas.

Las tomas panorámicas de paisajes naturales, filmadas por la directora de fotografía Petra Korner, ofrecen momentos de reflexión y resaltan la belleza del mundo exterior en contraste con el tormento interior de los personajes. Por otro lado, la insistencia en la metáfora del agua como representación del estado emocional de Paula (la vemos en varias ocasiones en una secuencia onírica en la es arrastrada al fondo de la temida fosa de las Marianas que da nombre a la película) puede resultar demasiado obvia, y algunos giros narrativos son ya muy habituales en películas sobre “viajes para esparcir cenizas”. Sin embargo, no cabe duda de que la intención de la directora no es otra que la de llegar a un público amplio, lo cual resulta encomiable. The Mariana Trench está recomendada para audiencias a partir de los 14 años, ya que toca la fibra sensible del espectador y brinda una reflexión sincera sobre el duelo y la posibilidad de encontrar luz incluso en las situaciones más oscuras.

The Mariana Trench ha sido producida por Samsa Film (Luxemburgo) en coproducción con Albolina Film (Italia) y Film AG (Austria).

(Traducción del italiano)

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