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IFFR 2025 Competición Big Screen

Crítica: Orenda

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- Los espectros de una fe perdida, la culpa y la redención se dan cita en la contemplativa cinta de Pirjo Honkasalo, su primer largometraje de ficción en más de diez años

Crítica: Orenda
Alma Pöysti (izquierda) y Pirkko Saisio en Orenda

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, la película que marca el regreso al cine de ficción de la directora finlandesa Pirjo Honkasalo más de diez años después de Concrete Night [+lee también:
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, requiere una entrega total a lo desconocido para disfrutar de una experiencia agradable mientras se visualiza. En su momento, Concrete Night fue la candidata finlandesa a los Premios Óscar y estuvo coescrita por la pareja y colaboradora artística de la cineasta, Pirkko Saisio, que también ha contribuido a la escritura del guion y encarna a uno de los personajes principales de esta nueva película de Honkasalo en torno al frágil vínculo entre dos mujeres. No cabe duda de que Orenda tiene una apretada agenda de estrenos, ya que, tras haberse estrenado a nivel mundial en la sección Big Screen del IFFR, tuvo su estreno nórdico en Gotemburgo el 1 de febrero y será presentada a nivel nacional el 3 de marzo en el Festival de Tampere como película de apertura. Además, llegará a los cines finlandeses el 17 de abril.

La protagonista es Nora (Alma Pöysti, recientemente reconocida a nivel internacional por su papel nominado al Globo de Oro en Fallen Leaves [+lee también:
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), una cantante de ópera que viaja a un archipiélago finlandés —donde la vida se desarrolla principalmente en la isla de Jurmo, cerca de Turku— tras la muerte de su esposo. Allí conoce a Natalia (Saisio), una sacerdotisa mayor, enigmática y distante que se encuentra en proceso de enfrentarse a los mismos retos que ella. Pero las vidas de ambas mujeres están entrelazadas de formas que se van revelando a lo largo de la película, y todo ello mientras cada una atraviesa el duelo por la pérdida de su pareja en tiempos y circunstancias diferentes.

A lo largo de la película, se recuerda a los personajes el concepto que da título a la obra: “orenda”, un término intraducible que proviene de varios pueblos originarios de Norteamérica y expresa la idea de una energía y poder que poseen todos los seres vivos. Este concepto otorga peso a los principales temas de la película, cuya narrativa se percibe de forma visceral a través de la vastedad y la soledad del paisaje, más que por medio de sucesos concretos. Del mismo modo, con una duración de casi dos horas, su fuerza emocional se experimenta mejor en pantalla grande, donde el espectador puede dejarse llevar por los abrumadores estímulos visuales y sonoros de la obra, como la cámara errante de Max Smeds, que debuta como director de fotografía en esta cinta.

Al principio, la cautela y el carácter reservado de las dos mujeres hace que no se lleven del todo bien, por lo que Orenda se mantiene como un relato íntimo entre dos protagonistas, más allá de algunas interacciones menores con otros personajes. Tanto Nora como Natalia están atormentadas por sueños inexplicables en los que aparecen mujeres vestidas de blanco, lo cual añade otra dimensión espiritual al relato. La vida de Nora, además, se ve marcada por la presencia de un niño sin nombre (Luca Leino) que vive con Natalia y actúa casi como un guía espiritual informal para esta joven que lucha por liberarse de su rigidez mental. El niño participa en rituales basados en la naturaleza que tienen lugar en la playa y representan todo lo que existe más allá del mundo empírico. Sin embargo, Orenda no llega en ningún momento a instalarse por completo en el territorio de lo mágico. Sus elementos místicos y los aspectos que trascienden la fachada de la realidad se perciben de forma subliminal a través de la atmósfera de la película y sus conversaciones emotivas, al igual que en la vida cotidiana.

La propuesta de Honkasalo es un arma de doble filo, puesto que, por momentos, el contenido puede parecer excesivamente denso y algunos espectadores podrían tener dificultades para conectar con sus reflexiones más filosóficas. No obstante, Orenda está pensada para despertar algo en el espectador en torno a temas como el perdón, la fe, el deseo y la culpa, sin necesariamente ofrecer un recorrido narrativo específico. Es una película que recompensa a quienes la miran con paciencia y están dispuestos a dejarse llevar por su enfoque emocional más que por un análisis racional.

Orenda es una producción liderada por la finlandesa Bufo, en coproducción con la estonia Allfilm y la sueca Plattform Produktion. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de The Yellow Affair.

(Traducción del inglés)

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