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IFFR 2025 Competición Big Screen

Crítica: Pai nosso – os últimos dias de Salazar

por 

- José Filipe Costa presenta una impresionante meditación sobre el mantenimiento del status quo a través de la ficcionalización de una fase de la historia portuguesa de antes de la revolución

Crítica: Pai nosso – os últimos dias de Salazar
Jorge Mota y Catarina Avelar en Pai nosso – os últimos dias de Salazar

Le llaman “señor Presidente”, aunque ya ha caído del poder. Ya en el título, José Filipe Costa nos da una pista con la que podemos hacernos una idea del contexto histórico sobre el que se construye su nueva película, Pai nosso – os últimos dias de Salazar [+lee también:
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, que se ha estrenado en el IFFR. En los años previos a la revolución del 25 de abril de 1974 y la caída de la dictadura en Portugal, António de Oliveira Salazar, el hombre al mando del gobierno, vivió casi completamente postrado en la cama tras sufrir daños cerebrales en 1968. Salazar lideró el Estado autoritario durante 36 años, y tras el incidente, fue sustituido rápidamente, pero se le permitió seguir viviendo en la residencia oficial sin que llegara a comprender del todo que ya no tenía ninguna clase de poder.

A partir de este punto, el cineasta dramatiza la ficción: quienes rodean a Salazar (interpretado por Jorge Mota) deciden hacerle creer que sigue “gobernando” desde su hogar, de modo que montan una farsa al estilo de El show de Truman, en la que fingen que aún tiene el control mientras son perfectamente conscientes de que todo sigue su curso sin su mando. El recinto ilusorio y sin ventanas está dirigido por su devota, estricta y obsequiosa ama de llaves, Maria (Catarina Avelar), que controla cada aspecto de la casa con mano de hierro y pequeños actos de violencia.

Maria es, de hecho, la creación más fascinante de Filipe Costa. Con mejillas caídas y ojeras marcadas, su rostro recuerda de inmediato al de un perro basset hound, aunque su mirada inexpresiva es profundamente aterradora. “Maria vive mi vida y me protege mejor que la policía”, dice Salazar. Otros, en la mesa, comparten con alegría cómo era ella cuando tenía veinte años —demasiado mayor para casarse, comenta alguien— y la trajeron del campo para servir a Salazar, y cómo creció a su lado: mantenerlo en el poder es la obra de su vida.

Filipe Costa construye un fascinante diorama a escala real que incorpora la inquietante y silenciosa banalidad del mal a través del prisma de obras como La zona de interés [+lee también:
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, pero también se enfoca en las dinámicas internas del hogar, como en Aún estoy aquí [+lee también:
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, donde las verdades que no se dicen ni se reconocen se ciernen sobre cada movimiento en el hogar. Tres jóvenes empleadas domésticas (interpretadas por Vera Barreto, Carolina Amaral y Cleia Almeida) representan el mundo exterior que sigue su curso y a quienes no pueden creer en la fantasía: sueñan con comprarse un abrigo largo —símbolo de riqueza— y desaparecer para siempre de la casa. Sin bombo ni platillos, Pai nosso – os últimos dias de Salazar se revela como una de las películas más contundentes de la sección Big Screen del festival, ofreciendo además una crítica incisiva sobre el cambio de la tendencia política global. La película avanza a través de conversaciones lentas y perturbadoras, en las que el malestar se instala en pausas cargadas de significado y la fachada empieza a resquebrajarse.

Aunque el apartado visual, a cargo de Vasco Viana, se sitúa más en el terreno del drama convencional, Filipe Costa eleva el relato mediante el diseño de sonido de Carlos Abreu: el tic-tac de los relojes y el cacareo de las gallinas suenan demasiado alto, y todo ello al tiempo que los tonos ambientales y escalofriantes llenan las escenas de tensión. Las metáforas animales que invaden las pesadillas de Salazar constituyen la otra cara de esta película, por lo demás realista: un pavo lo acecha en sueños mientras sus ojos se iluminan de rojo, y las ovejas se agrupan como multitudes esperando su muerte. Estas secuencias desde la perspectiva de Salazar marcan el ritmo del largometraje y nos ofrecen una mirada a la mente del dictador a través de sus últimas imágenes. ¿Entiende Salazar lo que ha sucedido, o simplemente se deja llevar por la mentira, tal como desean los que lo rodean? ¿Es realmente María quien tiene el poder mientras él se deteriora? Y, lo más importante: ¿nos atrevemos a sentir empatía por él?

Pai nosso – os últimos dias de Salazar es una producción portuguesa de Uma Pedra no Sapato, y las ventas internacionales de la película corren a cargo de Portugal Film.

(Traducción del inglés)

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