IFFR 2025 Competición Big Screen
Crítica: The Rhine Gold
por Veronica Orciari
- El primer largometraje de Lorenzo Pullega es una oda a la Italia rural, que hace gala de gran potencia visual pero de poca cohesión

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tráiler
ficha de la película] es la única película italiana en la competición Big Screen del IFFR de este año. La película de Lorenzo Pullega explora la curiosa coincidencia en el nombre entre un río que nace en la Toscana y desemboca en la región de Emilia-Romaña y el mucho más famoso Rin europeo, cuya popularidad está vinculada a Richard Wagner. Aparentemente, como muestra la propia película en su secuencia inicial, algunos turistas japoneses confundieron una vez ambos ríos y terminaron en Italia por error mientras buscaban el legendario cauce de agua de la ópera. Las escenas que siguen presentan un mosaico de historias que giran en torno a las orillas del río, y todo ello al tiempo que un narrador invisible (un director al que se le ha encomendado la tarea de retratar il Reno, que claramente representa un alter ego del propio Pullega) transporta al espectador a una miríada de mundos narrativos que se abren uno tras otro y permanecen en todo momento tanto dentro como fuera de la narración.
La película trata de mantener la cohesión entre todas sus historias, así como entre el número significativo de personajes que las componen, la mayoría de los cuales carecen de profundidad real y se acercan más a la caricatura que a figuras tridimensionales. Sin embargo, esto no es necesariamente un defecto, teniendo en cuenta que The Rhine Gold parece adoptar este estilo de manera deliberada. Se trata, de hecho, de una película coral que recuerda vagamente a la obra de Federico Fellini. La atmósfera onírica que se crea a través de los escenarios y los diálogos, por ejemplo, parece haberse inspirado en películas como Amarcord, donde los recuerdos están dispersos, tal como lo estarían en la mente de alguien.
Sin embargo, el mayor desafío de tomar decisiones tan audaces radica en el riesgo inherente de no cumplir con las propias ambiciones. En este caso, salta a la vista la excesiva amplitud de la película, si bien es cierto que la premisa en la que se basa sigue siendo sólida. Un aspecto a destacar positivamente, no obstante, es que las interpretaciones son en su mayoría convincentes. La ejecución técnica también es, sin duda, de alta calidad, ya que casi todas las escenas parecen pinturas y demuestran la gran atención al detalle del director. A pesar de todo esto, The Rhine Gold no acaba de encontrar su propia voz y carece de cohesión entre sus partes. La narrativa va perdiendo ritmo a medida que avanza, de modo que va aumentando el riesgo de desconectar al público al tiempo que su mundo, encantado pero realista, se desvanece lentamente.
En pocas palabras, el largometraje de Pullega se apoya en gran medida en sus magníficas cualidades técnicas, pero queda atrapado en una estructura excesivamente laxa que, a pesar de ser una elección narrativa clave, se convierte también en su mayor defecto.
The Rhine Gold es una producción de las italianas Mompracem y Rheingold Film, en colaboración con Rai Cinema. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de la boloñesa I Wonder Pictures.
(Traducción del inglés)
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