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BERLINALE 2025 Berlinale Special

Crítica: Köln 75

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- BERLINALE 2025: Una promotora de conciertos de 18 años logra levantar uno de los eventos de jazz más legendarios de la historia, el de Keith Jarrett, en el biopic de Ido Fluk

Crítica: Köln 75
Mala Emde en Köln 75

En cierto sentido, el legendario disco The Köln Concert, del pianista Keith Jarrett, ya ha disfrutado de un primer plano cinematográfico. Más allá de una presencia puntual en una banda sonora, que podría durar menos de un minuto, Nanni Moretti le dedicó un pasaje entero de su clásico Caro diario a un extenso travelling del propio director, peregrinando en moto a la playa en la que fue asesinado Pier Paolo Pasolini, acompañado de forma extradiegética por el piano de Jarrett. Con esta decisión de Moretti, su arte le cede paso desinteresadamente al de Jarrett, cuyas improvisaciones determinan por completo el inquietante tono de la escena.

Como siempre ocurre en los biopics ficcionados de los grandes músicos, Ido Fluk ha elegido un camino más pedestre, aunque a veces incisivo, para desvelar el éxito de Jarrett en Köln 75 [+lee también:
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ficha de la película
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, aunque dedica acertadamente una de las líneas narrativas principales a la promotora del concierto de Colonia, Vera Brandes (interpretada por la joven Mala Emde), cuya entrañable defensa contribuyó al legado cultural del jazz. La película se estrena hoy como una proyección especial en la Berlinale.

El guion de Fluk se bifurca en términos de estructura, y también de calidad: resulta atractivo y efervescente cuando retrata la decisiva contribución de Brandes a la leyenda de Jarrett y del jazz europeo en general, y más rígido cuando observamos las difíciles circunstancias que hay detrás de la propia actuación del pianista estadounidense (interpretado por un John Magaro de ojos caídos). Con la espalda y la postura lastradas por un estilo de interpretación que ningún profesor de música aprobaría jamás, y el reloj corporal destrozado por una rutina de giras por todo el país, la dramatización de todo esto (incluyendo algunos manierismos de “artista difícil” por parte de Magaro) no ayuda a nuestra apreciación de la música y las excentricidades de su construcción, ya que Jarrett dejó el desarrollo melódico de su interpretación al más absoluto azar desde el momento en que levantó la tapa del piano.

Por su parte, la trayectoria triunfal de Brandes subraya el concepto de “fake it to make it” (“fingir hasta conseguirlo”). Hipnotizada por el insistente swing y la libertad armónica del jazz en una heladería de Colonia, convertida a veces en local de conciertos, Brandes encarna la particular forma en que los jóvenes pueden someterse a la fuerza vital, adictiva y envolvente de la música. Con un padre desaprobador (Ulrich Tukur) que pertenece a la generación alemana anterior y que, con su profesión de dentista, representa una mentalidad burguesa, la película gana credibilidad al exponer la improbable fuente que sustenta semejante atracción por la música de vanguardia. Resulta reconfortante ver cómo se trata el jazz al estilo del rock and roll en las películas musicales, con una secuencia “explicativa” que rompe la cuarta pared por parte de un periodista interpretado por Michael Chernus (una elección oportuna, dado su papel en la película A Complete Unknown sobre Bob Dylan) que aclara, sin simplificarlo, el viaje del jazz desde la música popular acelerada hasta la improvisación libre, meticulosa y sin estructuras.

Irónicamente, para Jarrett el péndulo volvió a oscilar: aunque no es el caso de The Köln Concert, algunos de sus trabajos posteriores podrían clasificarse cómodamente como música New Age serena, un acompañamiento ideal para lugares como la consulta dental del padre de Vera. En general, Köln 75 resulta innegablemente frustrante por entender tan bien cómo la buena música puede hacer que sus oyentes y apasionados seguidores sean más importantes que los propios creadores; mostrarnos el funcionamiento interno de la grabación es un detalle generoso, ya que la película llega como parte de una celebración multimedia del 50.º aniversario del álbum, pero especialmente para Jarrett (en comparación con Bob Dylan, por citarlo de nuevo), el asombroso atractivo de su música excluye la necesidad de ahondar en su ego.

Köln 75 es una coproducción entre Alemania, Polonia y Bélgica, producida por One Two Films, en colaboración con Extreme Emotions, Lemming Film België y Alamode Filmproduktion. Sus ventas internacionales corren a cargo de Bankside Films.

(Traducción del inglés)

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