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BERLINALE 2025 Berlinale Special

Crítica: The Thing with Feathers

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- BERLINALE 2025: Benedict Cumberbatch se echa a las espaldas el drama psicológico de clara singularidad estilística pero de irregularidad narrativa del debutante británico Dylan Southern

Crítica: The Thing with Feathers
Benedict Cumberbatch en The Thing with Feathers

El guionista y director británico Dylan Southern ha elegido una de las novelas más célebres de la literatura inglesa moderna, Grief Is the Thing with Feathers, de Max Porter, y la ha adaptado en su primer largometraje, The Thing with Feathers, un drama psicológico con elementos de fantasía y horror que se ha estrenado a nivel europeo en la sección Berlinale Special de la 75.ª edición de la Berlinale. La película constituye una prueba irrefutable de que Southern posee un talento a tener en cuenta, con un enfoque y un estilo distintivos que se espera que se vuelvan más definidos y sólidos en el futuro, pero que no siempre funcionan desde el punto de vista tonal o narrativo.

El renombre del actor protagonista Benedict Cumberbatch probablemente atraerá al público, y es precisamente su interpretación la que da fuerza a una película a menudo heterogénea. Cumberbatch interpreta a un personaje al que llaman papá, y la película comienza justo después del funeral de su esposa. Se trata de un inicio oscuro y solemne en el que el demacrado papá pregunta a sus dos hijos, de siete u ocho años, a los que llaman niños (interpretados por los gemelos Henry y Richard Boxall), si tienen hambre. Los niños parecen aturdidos, pero no dan la sensación de estar tan perdidos como su padre. De hecho, Southern se centra especialmente en papá y en su negativa a aceptar la pérdida.

La película está dividida en capítulos que indican desde qué punto de vista presenciamos la historia. Uno de ellos está dedicado a los niños, con uno de ellos actuando como narrador, pero esta es la parte más débil y menos concreta. El personaje mucho más presente es el aparente antagonista, Cuervo. Papá es guionista de cómics, y esta criatura emerge de las páginas de sus dibujos para convertirse en una representación muy tangible del duelo, lo cual no es exactamente un spoiler, dado el título de la obra original.

Cuervo (David Thewlis) es un gran pájaro antropomorfo con manos que terminan en garras. Sus alas rara vez se ven, lo cual, a pesar de la intensa fisicalidad de los efectos prácticos, hace que en ciertos momentos parezca un poco ridículo. Al inicio de la película, el director emplea elementos de terror sutiles pero evidentes para establecer el tono, de modo que percibimos a Cuervo como una amenaza letal. A medida que papá se pierde cada vez más en su desesperación, la criatura pasa de ser una voz incorpórea que lo ridiculiza por su autocompasión, llamándole “papá triste” o “viudo inglés”, a convertirse en una presencia visceral y agresiva.

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, de Rose Glass, filma en formato Academy, con sombras que dominan la escasa iluminación en la casa familiar. Por el contrario, la coloración es cálida, lo que dota a la cinta de una atmósfera de lo más particular.

Cumberbatch da lo mejor de sí mismo en un papel realmente exigente y, en los momentos más inquietantes de la película, que parecen poco explotados, él mismo va adoptando gradualmente la apariencia de un cuervo, graznando inconscientemente mientras intenta torpemente preparar el desayuno o retorciendo el brazo detrás de la espalda como un ala. Como le confiesa a su terapeuta, dependía de su esposa para todo, por lo que su negativa a sucumbir al duelo es psicológicamente comprensible. Sin embargo, sus manifestaciones físicas no son tan coherentes, especialmente con la introducción de otro personaje sobrenatural, que arrastra la película aún más al terreno del horror. Este giro parece mal desarrollado y repentino, de modo que lleva al espectador a preguntarse cuál es su verdadero propósito narrativo.

The Thing with Feathers es una coproducción de las británicas Lobo Films y SunnyMarch, y las ventas internacionales de la película corren a cargo de mk2.

(Traducción del inglés)

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