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BERLINALE 2025 Forum

Crítica: Janine Moves to the Country

por 

- BERLINALE 2025: Jan Eilhardt dirige un enfrentamiento queer con encuentros a veces hostiles, a veces liberadores, que emergen de comunidades aisladas y faltas de información

Crítica: Janine Moves to the Country
Janine Lear en Janine Moves to the Country

“De regreso al campo, disfrutas del riesgo / Eso se traduce en violencia, a menudo veloz e intensa” reza una canción en Janine Moves to the Country [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, estrenada a nivel mundial en la sección Forum de la Berlinale. Estos versos dejan entrever los matices más oscuros que acechan bajo su apariencia juguetona. Dirigida y escrita por el cineasta afincado en Berlín, Jan Eilhardt, Janine Moves to the Country se describe como una obra de inspiración autobiográfica. Con un enfoque poco convencional en el tono y sustancialmente metatextual, el largometraje resulta una elección fundamental para la sección Forum de la Berlinale.

Con una tímida sonrisa y cabello castaño oscuro, Janine (Eilhardt, acreditada en este papel como Janine Lear) decide mudarse de Berlín al campo debido al asma de su pareja Pierre (Pierre Emö), con un bigote inconfundible. Ambos alquilan una casa a una mujer (Kathrin Angerer) que vive al lado con sus dos hijos ya adultos, Peter (Maximilian Brauer) y Enrico (Adrian Wenzel). A este último le prestan especial atención y cuidados ya que tiene una discapacidad intelectual. Al poco tiempo, Janine descubre que casi todo y todos en el pueblo se presentan de forma hostil, a excepción de Peter, que desarrolla una extraña fascinación por Janine y la observa desde su ventana al otro lado del prado. A medida que Janine se adentra en su vida, a ella le fascina la creciente curiosidad de Peter, quien, a su vez, emprende su propio viaje de descubrimiento, explorando brevemente un territorio erótico en el tramo intermedio de la película.

Con una duración de poco más de una hora, esta producción berlinesa, discretamente radical, trasciende la suma de sus recursos escasos y de bajo presupuesto, aunque algunos de los elementos más artificiales desvirtúan su propósito general. La iluminación plana en interiores y su puesta en escena, en ocasiones extraña, evocan en algunas escenas la sensación de un reality show o una sitcom. No obstante, la cámara de la directora de fotografía Irene Cruz es fluida e íntima en los momentos adecuados. La partitura, en clave menor, resulta en ocasiones pícara y otras veces inquietante. Se inspira en las obras para piano del Barroco (J. S. Bach) y el Romanticismo (Camille Saint-Saëns), y refuerza la sensación de aislamiento en el remoto pueblo en el que se encuentran.

La combinación de metraje ficticio con archivos de fotos y videos transforma el desarrollo de la película en una exploración de conflictos queer, trans y personas no conformes con su género en entornos pasados marcados por eventos traumáticos o antagonistas, donde algo se oculta más allá de la superficie. Eilhardt representa a Janine como si reflexionara sobre algo más allá de la historia y la pantalla, incluyendo historias sobre la vergüenza queer tanto dentro como fuera del armario. Los elementos autobiográficos suscitan pensamientos más reflexivos sobre la vida del cineasta, que comenzó a vestirse como una mujer y usar el nombre de “Janine” durante su adolescencia. La presencia de Janine tiene un impacto incluso mayor que la mera exploración: el impacto en la vida de Peter, representando la importancia del contacto y compromiso con personas diferentes que no pertenecen a la propia comunidad.

Janine Moves to the Country es una producción alemana de Eilhardt Productions. Ninguna empresa ha adquirido los derechos de ventas internacionales aún.

(Traducción del inglés por Paula Esteban)

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