Crítica: Houses
por David Katz
- BERLINALE 2025: La directora israelí Veronica Nicole Tetelbaum crea un oscuro paisaje onírico con su relato de una persona trans viajando a través de las anteriores casas de su familia

Con la excepción de Houses [+lee también:
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ficha de la película], muy pocas películas israelíes contemporáneas están rodadas en blanco y negro. La cineasta Veronica Nicole Tetelbaum y su director de fotografía, Yaniv Linton, también optan por una relación de aspecto cuadrada para completar su hábil claroscuro. Esto les permite transmitir visualmente el abismo de angustia y autodesprecio que aflige a amplios sectores de la sociedad israelí, mostrando los inestables cimientos sobre los que se han construido la identidad y unidad nacionales. La ópera prima de Tetelbaum, uno de los largometrajes más impresionantes presentados este año en la sección Forum de la Berlinale, que contiene muchos elementos atractivos y oportunos que la conectan con las tendencias mundiales del cine de autor, se adentra en un circuito de festivales y distribución comprensiblemente hostil para las películas israelíes. Por poner un ejemplo, en el Reino Unido, Ahed's [+lee también:
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Escrita en solitario por Tetelbaum, Houses combina lo real, lo especulativo y lo histórico, tejiendo cuidadosamente una serie de hilos dramáticos para crear un sobrio desenlace emocional. Sasha (Yael Eisenberg), una joven persona no binaria a quien vemos por primera vez entrando en un bloque de apartamentos abandonado bajo una lluvia torrencial, ha dejado su trabajo y ha emprendido un viaje físico e interior para corregir un cisma de su pasado. Como su familia emigró tras el colapso de la Unión Soviética, y su inestable situación les obligó a moverse regularmente por el norte de Israel, Sasha quiere visitar sus antiguas casas, estén o no ocupadas en la actualidad. En un sentido inquietantemente poético, fácilmente accesible para el público, su figura puede ser un fantasma que visita estos entornos espectrales, revisitando estos espacios cargados de significado en el presente, en lugar de sus recuerdos.
Sasha es une superviviente de abusos por parte de dos fuentes: su padre, cuyas actitudes crueles y dominantes (por ejemplo, exigiendo que hable hebreo en lugar de ruso) vemos a través de fragmentos de vídeos caseros al estilo de los años 90 (donde Sasha se presenta como una niña, en lugar de su preferencia actual); y un profesor de primaria, cuya existencia es imposible de determinar durante una visita a la escuela en la actualidad. Una de sus casas es ahora propiedad de la orfebre queer Anna (Tali Sharon), que comprende la necesidad de Sasha y le proporciona un refugio temporal seguro (además de la creciente posibilidad de intimidad física, derivada de su confianza y empatía mutuas), hasta que su preocupada madre, Nina (Evegnia Dodina), aparece llamando a su puerta. Cuando Sasha y Nina conversan en ruso entre ellas, el laberinto, a través del cual nuestras identidades se transforman constantemente, muestra sus paredes inclinadas cerrándose.
Los primeros espectadores de Houses han comentado acertadamente que la identidad trans de Sasha adquiere un valor excesivamente metafórico. Su mera condición de protagonista trans, aunque permite una fácil identificación por parte del público, no es suficiente. Sin embargo, Tetelbaum (una cineasta cis) supera de alguna manera esta acusación tanto a través de la persistencia de las ideas de la película como de su siempre cambiante découpage, en el que el perro muerto de Sasha puede resucitar como un acompañante. Además, las tomas digitales de alta y baja resolución se entremezclan de una forma casi romántica, mostrando una inquietud esencial dentro de Israel, cuya insistencia en la conformidad y el silencio de sus ciudadanos también determina su postura hacia sus vecinos.
Houses es una coproducción entre Israel y Alemania, producida por Marker Films, Zwillingfilm y Bona Productions.
(Traducción del inglés)
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