Crítica: L’albero
por Camillo De Marco
- El primer largo de Sara Petraglia, que sigue a dos amigas lesbianas y toxicómanas, hace gala de un ambicioso y brillante estilo que trata temas dramáticos sin profundizar nunca mucho

L'albero, dirigida por Sara Petraglia, es un debut cinematográfico que apunta alto, con ambiciones innegables (no todas satisfechas, pero con un impulso genuino). El estilo dinámico y brillante de la película, estrenada en los cines italianos el 20 de marzo de la mano de Fandango Distribuzione, consigue desactivar temas dramáticos de una forma desenfadada.
Bianca (Tecla Insolia) y Angelica (Carlotta Gamba) son dos estudiantes universitarias de veinte años que se van a vivir juntas a un barrio de Roma, una zona que antes era popular y ahora está muy solicitada. El alquiler no parece ser un problema para ellas, por lo que entendemos que proceden de familias acomodadas. Ambas son lesbianas, frecuentan la comunidad LGBTQ+, tienen altibajos amorosos (Angélica tiene una novia en Milán con la que debería reunirse pronto) y enseguida percibimos cierta tensión erótica por parte de Bianca hacia su amiga. Angélica es infantil, tierna e imprevisible, mientras que Bianca es más intelectual y romántica, tiene una curiosidad casi pasoliniana por la gente y está trabajando en tres libros a la vez, sobre el amor, la amistad y la cocaína. Este último tema tiene un papel bastante preponderante en la vida de ambas. De hecho, Bianca y Angelica son consumidoras de MDMA, ketamina y otras pastillas, pero sobre todo, y con el dinero de papá, de cocaína. Han desarrollado una dependencia que ni siquiera ellas mismas pueden reconocer.
Cuando la situación se pone difícil, los dos se van a Nápoles para desintoxicarse (“qué rollo el mar, nosotras somos más de la oscuridad”, dice Bianca), algo difícil si te haces amiga de todos los camellos del barrio. Tras tocar fondo (es decir, esnifar pintura acrílica sabiendo que es pintura acrílica), Bianca tiene una visión de Angélica con grandes alas blancas y la besa en el sofá. ¿Se trata de un punto de inflexión sentimental en su relación o un buen motivo para que Angélica desaparezca? L'albero no es Réquiem por un sueño ni Trainspotting: de vuelta en Roma, Bianca decide ingresar en un SerT (el servicio sanitario para toxicómanos) y le confiesa a la psicóloga que echa de menos a Angélica, “la inestabilidad, el vértigo, no sentir el suelo bajo los pies”.
Sara Petraglia, hija de artistas (su padre, Sandro, es uno de los guionistas italianos más prestigiosos) y conocida por su experiencia como fotógrafa, ha realizado una película sobre el amor, el crecimiento y las relaciones juveniles que no busca la excentricidad a toda costa, sino que fascina por su enfoque cinematográfico, refinado y nunca banal, en comparación con otros debuts de cineastas de su generación. Hay una cierta habilidad para criticar el ambiente burgués autorreferencial y vacío, aunque ciertos temas, como la homosexualidad, hayan sido explotados en exceso, sin llegar a profundizar realmente en la exploración de las dinámicas juveniles. Para Tecla Insolia (que ha demostrado ser una figura prometedora del cine italiano con Familia [+lee también:
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L’albero es una producción de Bibi Film.
(Traducción del italiano)
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